Martes 7 de noviembre de 2017
Darío Sztajnzrajber en las Jornadas de Estudiantes y Graduados de Filosofía de la UNGS
“Mi apellido se pronuncia shtain-shraiber”, dice en el perfil de su cuenta de Twitter Darío Sztajnzrajber. La alusión fonética no es azarosa: Sztajnzrajber es conocido, entre otras cosas, por ser “el filósofo del apellido impronunciable”. Docente y divulgador de filosofía, parte de su popularidad se gestó por su conducción de Mentira la verdad, programa televisivo emitido desde 2011 por Canal Encuentro que combina divulgación y ficción audiovisual y que en la actualidad es utilizado como herramienta pedagógica en escuelas del país y Latinoamérica. Con la posverdad como “excusa”, Sztajnzrajber brindó a principios de noviembre de 2017 una conferencia en el auditorio de la UNGS, en el marco de las VI Jornadas de Estudiantes y Graduados de Filosofía.
En el auditorio José Pablo Martín desbordado de público, Sztajnzrajber sostuvo que es “una interesante época” para defender la “autonomía de las esferas”, al referirse a la investigación, la divulgación y la docencia, ámbitos con lógicas, metodologías y propósitos distintos. En sus distintas actividades desde la filosofía, dijo haber buscado siempre “desbordar la academia”, en “dos lugares bastante extraños” para estas instituciones: la divulgación y la docencia. Contó que durante muchos años fue docente en escuelas secundarias, actividad que siente fue importante en su formación en Filosofía.
Se refirió también a la lógica “country”, “endogámica”, de la academia, el creer que “se le está dando clases a los propios”. “La clave de la filosofía es el otro, no el propio, la filosofía de por sí es un ejercicio de la otredad, hacer filosofía es manifestar lo otro al sentido común”, expresó y agregó que la filosofía siempre “tuvo una vocación disruptiva: no solo por cuestionar los temas de agenda sino por cuestionar que haya agenda”.
Tras estos temas introductorios, el filósofo expuso sobre la posverdad, un concepto recurrente por estos días en los medios de comunicación y en la discusión pública. Expresó que si bien la palabra “está absolutamente contemporanizada por su anclaje contemporáneo puesto en la tecnoinformática (ese conjunto de dispositivos tecnológicos, mediáticos e informáticos desde los cuales hoy se hace política)”, en la posverdad hay algo “muy propio de la tradición, de la historia de la humanidad, hay un clásico en juego, que es la palabra verdad”. Explicó, así, que “la verdad es una categoría que nos acompaña desde siempre y tiene que ver con esas preguntas primigenias que se hace el ser humano, que vienen atravesando distintas épocas”.
Pero además dijo que “el pos viene a cuestionar el uso del lenguaje” y “el pos es una gran marca de la limitación de nuestro lenguaje; no podríamos haber usado otra palabra”, por lo que llamó a entender “ese cruce entre lo ancestral y lo contemporáneo”.
Por otro lado, remarcó: “No es que hay una verdad o un problema en sí mismo que en cada tiempo va tomando distintas máscaras. Hay que entender que los grandes temas que permanecen a lo largo del tiempo cuajando, siendo en cada época algo diferente. No hay un ser en sí, el ser es acaece, acontece en cada situación, en cada época, en cada momento. No hay una verdad que es la misma desde siempre”.
En el inicio de su exposición, Sztajnzrajber comparó la posverdad contemporánea con los tiempos en que estaba “de moda” el posmodernismo. Hacia el final de la conferencia, ante la pregunta de una persona del público, volvió sobre este concepto: “La filosofía biopolítica, que es con la que me siento más identificado, es de algún modo heredera de ciertas influencias fuertes del posmodernismo, sobre todo heideggeriano y foucaultiano, y ahí se habilitó un giro, está bueno ver hacia dónde vamos. Si algo le faltaba al pensamiento del posmodernismo ochentista era toda la inserción de la cuestión de la política, ligar la cuestión del poder a la pregunta sobre si no hay nada fuera del texto”. Y reflexionó: “Hoy si hay una filosofía que despunta, toma elementos de la biopolítica, elementos de la teoría de poder foucaultiano, fuertes elementos deconstructivistas y sobretodo la novedad que propicia la tecnología de la deconstrucción de las identidades naturales, lejos, es la filosofía de género”. Y continuó: “Hoy le saca grandes metros al resto de las filosofías en lo que a mí me interesa que es el ejercicio de desnaturalización infinita del mundo que vivimos, entrevé la cuestión del lenguaje, del poder y lo ve en la situación muy concreta que es la invisibilización de la sujeción patriarcal, que de algún modo es el poder que todavía menos se evidencia en sus tramas. La filosofía de género la veo como que ha encontrado la síntesis de todas esas novedades filosóficas”.
“Hoy la filosofía de género desnaturaliza, entrevé la cuestión del lenguaje, del poder como ninguna otra”
Las Jornadas
Con la destacada exposición de Sztajnzrajber, el martes 7 de noviembre se dio inicio a las VI Jornadas de Estudiantes y Graduados de Filosofía de la UNGS, que tuvieron lugar hasta el 11 de noviembre en el Campus de la Universidad.
“¿Quién hace la filosofía? De la singularidad al pensar con otrxs” fue el título del encuentro organizado por la Asamblea de Estudiantes de Filosofía UNGS. En distintas mesas, se buscó abrir el diálogo sobre el vínculo de la filosofía y el género, el pensamiento crítico, las subjetividades, la comunidad y la identidad, economía y poder, sabiduría antigua y pensamiento latinoamericano.
El viernes 10 se realizó el 4to Encuentro de Investigación y Discusión Filosófica “Tiempo y ontogénesis”, con la participación de David Morris (Concordia Université Canadá) y Mariana Larison (UNGS-UBA-CONICET).
Para cerrar las jornadas, el sábado 11 se presentó la obra Gritá Taki Ongoy, con arreglos de Jorge Bidón-Chanal. Esta actividad fue organizada por la Asamblea y también por la Cooperativa Artística Queloparió y el Ciclo Reencuentros con pueblos originarios.
