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Viernes 17 de julio de 2020

Trabajadores comunitarios: el oficio del abrazo y de la crianza comunitaria

FM La Uni continúa conociendo la realidad de los centros comunitarios, de la mano del programa Niñez en Revolución. En esta ocasión  a través de una entrevista a Claudia Bernazza, Diputada Nacional por el Frente de Todos e integrante de la Comisión Bicameral de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes - Ley 26061.

Hace unos días se presentaron en el Congreso Nacional 3 proyectos sobre niñez y comunidad. La diputada, que está vinculada estrechamente con las organizaciones comunitarias de niñez y es referente de las Organizaciones de Los Chicos del Pueblo, cuenta de qué tratan esos proyectos.

- ¿Cómo se van a ver reflejados en el Congreso Nacional los intereses de varios legisladores y legisladoras de efectivamente regularizar la situación de los trabajadores y trabajadoras comunitarias educadores y educadoras  en los proyectos que se han presentado? ¿Y de qué se trata el proyecto que está presentando?

-El reconocimiento de las respuestas comunitarias de niñez obliga al Estado Nacional y a todos sus poderes públicos a que no se tome ninguna medida, ni de abrigo, ni de protección,  ni medidas en el marco de la Ley 26061 sin estudiar, revisar o estudiar ,ni tener en cuenta previamente la respuesta que la propia comunidad da a la situación de los chicos y que permitirían en un buen acuerdo ser respuestas mucho más eficaces que cualquier institucionalización que lamentablemente se sigue haciendo. Porque si bien lo hemos derogado, el patronato vive en nosotros. El reconocimiento de respuesta comunitaria pone el foco en los pibes, pibas , adolescentes y jóvenes y le dice al Estado que la respuesta comunitaria siempre es la presente, para la restitución de derechos para el ejercicio de derechos de niños niñas y adolescentes. El segundo proyecto crea el Instituto Nacional de las Organizaciones Comunitarias para facilitar los trámites, para eximirlas de los impuestos que no le corresponden por no ser industrias o comercios, para facilitarle en todo lo posible, la regularización de sus papeles y de los títulos dominiales de sus propiedades, creando la figura del balance social y la figura del bien de utilidad social inembargable e inejecutable para preservar los bienes y las cuentas bancarias donde se vuelcan los subsidios públicos para ejecutar los programas de estas organizaciones. Y el tercer proyecto, el sus trabajadores y crea un régimen laboral específico para esos trabajadores. Es una trilogía con focos diferentes: el primer proyecto pone foco en la restitución de derechos de chicos y chicas; el segundo proyecto fortalecer las organizaciones comunitarias y el tercer proyecto reconoce derechos de sus trabajadores.

- ¿Cuál es la deuda que viene a saldar este proyecto que está proponiendo? 

- El segundo y el tercero vienen a saldar la deuda que tenemos con los trabajadores comunitarios que no tienen muchas Y el primero viene a resolver el problema de que muchas veces las soluciones para chicos y chicas se resuelven en sedes administrativas y judiciales como en el viejo patronato. Lo que estamos dando es una batalla cultural que va a durar muchos años. No es sólo aprobar las leyes.

- ¿En términos de qué batalla cultural?

- Me imagino que lo primero que hay que hacer es reconocer que no solamente existe lo público y lo privado también existe lo comunitario. Cómo ámbito donde se trabaja y dónde se lleva adelante una economía que no es reconocida por el capitalismo, que es la economía del cuidado, de la crianza, del abrazo, de los chicos y chicas. Nosotros hacemos un oficio visible que no es reconocido por el mercado, esa es la batalla cultural:  que nuestros trabajadores se comprometan con su tarea, está comprometido con los objetivos de la organización. No son trabajadores cuyo sus empleadores un empleador frío y ajeno que tiene su propia ganancia, por afuera del trabajo alienante que propone el capitalismo.

- ¿Y en qué aportaría esto al trabajo? ¿Cómo se va aplicar o cómo va a favorecer en el trabajo con los niños,  niñas y adolescencias?

-Lo más importante es que nos vean, como dice el feminismo "ahora que si nos ven". Nosotros también necesitamos ser vistos por la sociedad y el Congreso ayuda muchísimo en esto. La figura del educador comunitario necesita ser reconocida porque tiene saberes de un oficio que es un oficio sin nombre, el oficio del abrazo, de la crianza comunitaria y nosotros queremos que ese trabajo sea reconocido como un oficio maravilloso: es el oficio de la ternura.

- ¿Y desde lo económico? Porque requiere mucho esfuerzo económico desde el estado que se reconozca a los trabajadores.

-Si haces un plan de regularización que sea progresivo, esos gastos se irán subsanando en el tiempo, la inversión se va a ir haciendo en el tiempo. Es como el monotributo social, no todos los emprendedores populares pasaron al monotributo social, se fueron generando programas de regularización progresiva. Además el subsidio proviene de subsidios que ya se están dando a las organizaciones comunitarias. Pero esos subsidios no permiten que se pague la seguridad social, en cambio ahora se va a empezar a autorizar.  Nosotros hablamos de trabajadores, no de educadores para no incurrir en confusiones y equívocos respecto de la educación pública. Cada trabajador va a depender de la organización comunitaria, no van a tener dependencia del estado, no van a ser trabajadores públicos.

- ¿Como es el curso  que van a seguir esos proyectos?

- Por ahora presentamos el proyecto, se trabaja en Comisión y luego si Dios quiere y si me acompaña mis compañeros y compañeras de la Cámara, pasar al pleno y darle media sanción. Esto lleva su tiempo, por supuesto y sus conversaciones.

 

A continuación, la nota completa:

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