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Viernes 18 de septiembre de 2020

Pandemia, teletrabajo y pánico

FM La Uni continua analizando la actualidad junto a  Damián Valls, en su programa Periscopio. En esta ocasión entrevista a  Alejandro Kaufman, profesor universitario, ensayista y crítico cultural, quien analiza la pandemia, el teletrabajo y su relación con el pánico.

-¿Cómo vas llevando la cuarentena?

- Muy larga, muy cansadora, muy agotadora. Cada vez que nos reunimos con alguien de manera virtual hacemos el mismo esfuerzo que si viajáramos y no nos movemos de 2 metros. Es muy agotador tratar de no contagiarse, pero al mismo tiempo como hay problemas muy serios, uno se lo aguanta. Hay una especie de aguante, una lógica del aguante que vamos sobrellevando en el caso de los que hacemos eso, hay otros que van a tomar  un cafecito.

- Habría una sensación de que el teletrabajo es menos esfuerzo. Pero ahora vamos saltando de una cosa a la otra, es una especie de zapping permanente por lo menos para alguna gente.

- Es una situación permanente de trabajo, de la concentración, de esfuerzo que se hace virtualmente en la casa de uno es devastadora, porque es todo continuo y toda esa fantasía de organizarte una serie de compartimentaciones depende de la voluntad de cada persona y es muy relativa. Esto lo han visto bien los gremialistas de la docencia, qué han hecho toda una serie de criterios sobre el derecho a la desconexión, por ejemplo. Pero la cuestión del tiempo continuo fluye de manera indistinta y está completamente saturada. Además cada cosa que haces con respecto al exterior es mucho más forzada,  hacer una compra, abrir la puerta de tu casa, sacarte los zapatos, todo se vuelve mucho más complicado, es muy agotador, se altera el sueño, es un esfuerzo muy grande.

- Esto en abril no era así, teníamos tiempo libre, teníamos que ver cómo hacer productivo nuestro tiempo. Eso con el paso de los meses se fue tornando una cosa cada vez más insoportable.

- Sí, hubo algo de eso. Sin embargo las experiencias fueron diversas, las personas con mayor capacidad de separar de compartimentar lo experimentaron como una especie de retraimiento productivo. Pero los que nos disponemos más a tener una conexión con lo que pasa, no nos sucedió. A mí no me sucedió eso, yo vivo muy conectado, no sólo en el sentido de la virtualidad, de lo que sucede en la actualidad, políticamente, en el ámbito general y no tuve esa experiencia de sentirme así para nada. Al contrario, enseguida tuve problemas de insomnio, de saturación de la atención. Por ejemplo, una cosa que empecé a hacer era que quería leer todo lo que se había escrito sobre la pandemia, escribir sobre eso y leer todo y enloquecí completamente porque empezó a ver una proliferación infinita.

- Teníamos cierto temor al pánico o por lo menos vos escribiste bastante sobre el tema del pánico frente a lo que estaba ocurriendo y de algún modo se da una especie de disyuntiva entre el temor al pánico y al temor a que el virus se instale y a nadie le importa nada.

- Son las dos caras de una moneda compleja. A mí me interesó revisar la cuestión del pánico primero viendo una definición bien minimalista del pánico, no imaginaria, interpretativa, sino minimalista. El pánico es una relación de los seres vivientes más evolucionados, más avanzados, incluye a las aves, a los mamíferos, que es una relación muy brusca, muy violenta, adversa, de retirada, de huida, de un peligro inminente que no se puede enfrentar eso es el pánico. El pánico es un peligro que no puedo enfrentar y entonces reaccionó de una manera muy violenta. Como si hiciéramos un disparo, se produce un disparo, una reacción con todas las fuerzas posibles para salir de esa situación, no importa con que eficacia, sólo tiene eficacia en cuanto la reactividad, no en cuanto al resultado de la acción. Por eso el pánico suele ser muy peligroso, el pánico suele producir daño también, te salvas o te morís, es una situación completamente extrema . Y en eso los mamíferos y las aves reaccionamos de un modo muy similar, pero eso es algo que ocurre puntualmente en una situación específica. Lo que ocurre es que como somos sujetos de la conciencia y del inconsciente el pánico nos produce esta irradiación de sentido que nos hace difícil delimitarlo, en un animal es más fácil delimitarlo o tiene pánico o no tiene, no como nosotros que nos figuramos el futuro y nos representamos. Lo que sucede entonces tiene toda una serie de mediaciones de sentido mucho más complicada.

 

A continuación, la nota completa:

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