Jueves 19 de octubre de 2017
31 nuevos graduados recibieron sus diplomas
Un nuevo acto de colación se celebró el 19 de octubre en la Universidad Nacional de General Sarmiento. En el auditorio José Pablo Martín colmado de familiares, compañerxs y amigxs, 31 graduadxs de pregrado y grado y cinco de posgrado recibieron sus diplomas.
La rectora Gabriela Diker dedicó el acto a la memoria de Miguel Angel Paccor, estudiante del profesorado de Física y de Ingeniería Electromecánica, muerto en una situación de robo cuando regresaba de la Universidad a su casa, luego de un viaje de más de dos horas, en el partido de Quilmes. Diker expresó: “En muchos sentidos, Miguel representa el esfuerzo común de los jóvenes que llegan acá y también el esfuerzo de esta universidad para ofrecerles a todos y a todas un espacio en el que puedan realizarse, cambiar sus destinos, hacer lo que quieren y les apasiona, construirse otros futuros posibles”.
Sostuvo, además, que esta entrega de diplomas es “una especie de antídoto”, una escena que “se opone tan radicalmente a esa otra escena que domina estos días”, al referirse a la desaparición de Santiago Maldonado. Y tras destacar el recorrido de los graduadxs, el acompañamiento de los familiares, la labor de formación de los investigadores docentes y el desempeño de los trabajadores administrativos de la Universidad, manifestó: “Los títulos que hoy tienen, ingenieros, técnicos, profesores, licenciados, cambiarán seguramente sus vidas. Pero lo que es aún más importante, les permitirá cambiar, sin dudas para mejor, las vidas de otros”.
Por su parte, la investigadora docente Marina García hizo alusión en su discurso a esas preguntas, propias y del entorno, que atraviesan el recorrido por una carrera universitaria. Preguntas vinculadas a las expectativas como “¿Cuánto te falta para terminar?”; preguntas incómodas como “¿Todos los días tenés que ir a la Universidad?” o “¿Te vas a un Congreso en San Juan?”; preguntas existenciales como “¿Esto es lo que me gusta?” o “¿Valdrá la pena tanto esfuerzo, tantos años?”.
García, investigadora docente del área de Sociología, aseguró que “la universidad es una experiencia política” y contó la experiencia de una estudiante que pudo comenzar a cursar una carrera pese a no haber finalizado los estudios secundarios. Se trata, dijo, de “dimensiones de la institución que restablecen a la perspectiva individual una serie de aspectos decisivos, formas de organización, de trabajo docente y de existencia de recursos por los que hay que salir a pelear día tras día para que la Universidad, aun con sus dificultades, funcione como lo hace”. Y recalcó que esa pelea es política y se ponderan los derechos de todos los que forman parte de la Universidad.
García concluyó: “Ustedes son parte de una experiencia colectiva, política e institucional. Son parte de una institución que apuesta desde su creación a transformar la realidad en diversos niveles. Vuestra formación, vuestro diploma tiene todo el peso de esta apuesta. Los animo a defenderla, en parte porque se trata del derecho de los que aún están, pero también de aquellos que están por llegar; esta tiene que ser una apuesta solidaria, una apuesta política”.
Los graduados Gabriela Pucheta (Administración Pública), Patricia Argañaraz (Prof. de matemática), Miguel Expósito (Ingeniería Industrial) agradecieron a los “cómplices involuntarios”: los seres amados, familias y los compañerxs de cursada y amigxs. Y a la Universidad: “No hemos llegamos aquí por arte de magia ni por azar del destino, sino que somos todos los egresados producto de un Estado presente. Fue la universidad pública y gratuita quien nos transformó en seres pensantes y es por eso que hoy más que nunca debemos velar por su continuidad para las futuras generaciones. Sin ella no hay desarrollo de nuevos saberes; sin ella no hay construcción de una sociedad mejor; sin ella hoy no estaríamos acá llevando a cabo este festejo. Defendámosla y cuidémosla siempre”.