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Viernes 30 de octubre de 2020

Desalojo de Guernica: ¿y las niñeces qué?

A medida que los gases lacrimógenos y las balas llenaban el aire de Guernica, las redes sociales hacían lo mismo subiendo y bajando trending topics según la ideología, el color político o la opinión propia acerca del tema.

Casillas quemadas, gente corriendo, piedrazos, cascos, botas. Habitantes, usurpadores, vecinos, ilegales, personas que no tuvieron otra opción. Berni, la policía, la violencia, la justicia, más balazos. Periodistas, fotógrafos, militantes, camarógrafos, estudiantes, vecinos. Cubriendo, corriendo, huyendo, ayudando, relatando, contando lo que veían, lo que querían contar y cómo cada uno lo quería contar.

Vivos, posteos, twitts, opiniones, verborragia, odio.

Relatos de personas que perdieron lo poco que tenían, enojo de quienes no podían creer lo que estaba sucediendo o mejor dicho cómo estaba sucediendo. Lo inevitable, decían algunos, tarde o temprano iba a suceder, señalaban otros.

De madrugada llegaron y el rojo del amanecer, que tan claro se veía en las imágenes de los noticieros,  parecía augurar lo que luego sucedería. Fuego, cenizas, gases, balas, topadoras arrastrando los restos de las vidas que quedaban, los recuerdos, las pocas pertenencias que tenían, a la basura, directo.

Y entre todas las imágenes que quedan, en el medio del campo devastado una muñeca, desnuda, despojada de todo, con la cabeza aplastada. La postal que define de alguna forma lo que arrasó la toma de Guernica. Porque de quienes no se habló eran de ellos, ni de sus derechos, ni de su futuro, ni de sus necesidades. Las niñeces, una vez más en el medio o en los márgenes.

Pero no siempre esos niños y niñas, esas familias están tan solas, hay organizaciones sociales que previeron que el desalojo tan anunciado podía ser con represión y violencia, tal y como sucedió. Por lo que planificaron que las niñeces dejaran la toma la noche anterior.

FM La Uni dialogó con Sol Erizo, abogada y militante feminista, parte de la organización Conurbrava y de la Comisión de Niñez en Guernica que contó sobre la situación de las niñeces que vivían en la toma de Guernica.

- Sol fue una de las detenidas, quién ha vivido la represión y además la detención. ¿Cómo se vivió esa situación?

- La verdad que muy conmovida, en ese sentido, porque mi idea era acompañar a las niñeces y me tocó acompañar a una compañera cuyo vehículo hacía de ambulancia y me vi involucrada en esta situación sumamente violenta protagonizada por la gobernación y Sergio Berni. Todo el proceso, todo lo que se vivió  fue nefasto. Desde el minuto en el que la policía pisó la toma fue desastroso.

- ¿Cómo viviste esa situación acompañando a esos pibes, a esas infancias y a esas mamás?

- La verdad es que fue muy doloroso. Una de las angustias más grandes que tenía la noche de ayer, tenía que ver con recordar las miradas y experiencias que las niñeces vivieron la madrugada y el día de ayer porque fuimos a buscar a las familias que habían accedido a refugiarse fuera de la toma. No me gusta decirle la toma, aunque es más práctico así en términos de diálogo, es una recuperación de tierras. Les íbamos a buscar a las madres con sus hijes para que estuvieran refugiadas y lo real es que la inocencia de los niños y la imaginación y la creatividad estuvieron durante toda la noche iluminándonos a mí y al resto de las compañeras. Es una de las cosas que me voy a llevar en mi corazón porque fue inmenso.

- ¿Dónde  y cómo están esas niñeces con sus mamás?

- La verdad es que no hay un paradero común porque la dispersión fue total. Hay muchas madres que decidieron, que estaban atravesando por ejemplo situaciones de violencia, volver a eso. Hubo otras situaciones en las que las familias que tenían les permiten por un tiempo quedarse hasta que tengan un espacio en el que estar. Son soluciones de urgencia. Incluso los relatos de les niñes tenían que ver con eso: "Ayer me quedé en lo de la abuela", "Anteayer me quedé en lo de una tía", "A mi hije lo dejé en lo de una amiga". Es como resguardarles, en todo sentido y que no vivan la violencia.

- ¿Hay una gran parte de esas niñeces que no vivió el desalojo?

- Si, si, gran parte. Muchas madres y muchas familias decidieron que iban a resistir ahí en el territorio y para resguardo de les niñes los llevaron ya sea con nosotres o a la casa de familiares, conocidos.

 

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