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Miércoles 21 de noviembre de 2018

El arte que hace comunidad. Mauricio Kartun en el Encuentro de Teatro de la UNGS

Con el auditorio “José Pablo Martín” como marco, el reconocido dramaturgo y director Mauricio Kartun inauguró el 14º Encuentro de Teatro de la UNGS haciendo un recorrido cualidades y valores del arte escénico. “El teatro es un ritual de sintonía, desde hace siglos los seres humanos nos reunimos en rueda alrededor de un relato, que algunos estudiosos llaman el fenómeno de la inteligencia narrativa. Cuando vemos una obra de teatro nos sintonizamos en su relato”, expresó a modo de presentación.

Con su característica elocuencia, Kartun profundizó esta idea planteando que “el arte es un lugar que permite respirar fuera del campo agobiante de la red conceptual en la que el pueblo vive. Una película, una obra de teatro, un cuento… el arte es la respiración de los pueblos. El teatro es un medio esencial en esa oxigenación, que viene compartiendo con el cine”.

No obstante, en relación a cómo se vivencia hoy el cine, el director resaltó que está dejando de constituir un ritual de convivencia: “Cuando te reís junto a otros hay algo de sintonía compartida. Sin embargo, cuando te reís solo, perdés de vista la experiencia en común, hay algo de rareza en donde no existe esa comunidad. Esto sucede en tiempo en que el cine empieza a abandonar las salas…”.

Por otra parte, el dramaturgo destacó la importancia de seguir apostando al teatro en la actualidad, dado que en su seno se construyen fuertes lazos comunitarios. “El teatro constituye un espacio condensador del ritual, es contracultural, es una lugar de reacción frente a lo posorgánico porque es definitivamente orgánico. El teatro en su ritualidad y en su unión nos organiza. Es un arte que tiene un futuro extraordinario”, aseguró.

En ese sentido, Kartun subrayó: “El teatro se sostiene en algunas cosas muy básicas, en principio en la curiosidad del espectador que quiere saber cómo termina la obra. La curiosidad mata al espectador. Un espectador no es otra cosa que alguien que intenta quedarse hasta el final para saber cómo concluye la pieza”.

Por otro lado, dijo Kartun, el teatro “se sostiene por la identificación del público con los actores. El identificarte con un personaje y vivir la emoción de lo que le pasa a ese personaje identificado con él”. Por último, destacó, al teatro lo sostiene “el placer de asombrarse frente a la habilidad del actor, eso que perdemos de vista y que en realidad en el cine también se pierde de vista, porque la habilidad del actor de cine es extraordinariamente minimizada en relación a la habilidad del actor de teatro”.

El dramaturgo se refirió también a la importancia del oficio del actor en el teatro y remarcó: “El actor de teatro lo que hace es un homenaje a la memoria. El teatro es una demostración de una solvencia muy curiosa en el acto de la memoria por eso el actor es tan panicoso porque sabe que depende de esa memoria y que esa memoria es frágil. Lo que muestran es ese extraordinario atributo, la capacidad de ser otro, un fenómeno que perdemos de vista”.

“El actor pone en juego su inteligencia mimética. Lo que nosotros vemos cuando vemos teatro es esa capacidad que transforma al actor en otro frente a los ojos del espectador”, agregó. Sobre este asunto, Kartun destacó: “El teatro se hace por belleza del tiempo, es decir, para que ese actor pueda hacer eso tiene que tener diez años atrás de experiencia, de hacerlo todos los días. Cuando pensábamos que el oficio derivaba hacia otros, lo que descubrimos es que en la profundización de ese oficio está la esencia de su supervivencia”.

Finalmente, Kartun enfatizó la necesidad de hacer un teatro con futuro: “Hacer un teatro que esté muy bien, que sorprenda, del cual el espectador salga hablando de la conmoción frente a esa actuación, sólo se consigue con trabajo. Ya no queda espacio para ese otro teatro puramente vocacional, salvo que uno lo piense como semillero, es decir, como lugar de ascenso hacia lo otro, pero ese otro futuro del teatro está justamente en eso cuerpos solventes iluminados y diferentes en su experiencia y en su formación a cualquier otro. Nadie puede hacer lo que hace un buen actor de teatro”, recalcó.

Soledad Fajardo

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