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Viernes 31 de julio de 2020

Mirada a las energías renovables y su futuro postpandemia

Dado el inimaginable contexto actual, que viene dando pie a diversas reflexiones y análisis de aspectos globales, regionales, nacionales, económicos, sanitarios, sociales, personales, etc.; vale dar una mirada al estado de las energías renovables y cómo podría impactar la pandemia al desarrollo e implementación de las mismas.

De acuerdo al último informe publicado por el Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas, en el año 2019 la capacidad de las energías renovables creció 12% con respecto al 2018 (184 GW), llegando a ser el 13,4% de la generación global, proveniente principalmente de las energías eólica y solar, con inversiones de 282.200 millones de dólares (1% más en que en 2018). Si bien no se invirtió un porcentaje mucho mayor, en comparación con el año anterior, el aumento en la capacidad de generación se corresponde con la disminución en el costo de generación a partir de renovables (principalmente en la fotovoltaica) que se viene dando en los últimos años.

En el informe se destacan varios hitos para las renovables durante el último año, como son: la mayor capacidad generada a partir de energía solar en un año, la mayor capacidad otorgada en subastas, la mayor inversión por parte de países en desarrollo y la mayor cantidad de países invirtiendo en energías renovables, entre otros (en América, excluyendo Estados Unidos y Brasil, la inversión aumentó un 28%).

Para alcanzar los objetivos para 2030, las economías desarrolladas (sin incluir EE.UU.) proyectan aportar 297GW (poco más de 2/5 de la capacidad de energías renovables no hidroeléctricas deseada en todo el mundo), las dos economías en desarrollo más pobladas, China e India, 206GW y otros países 219GW. Desde esta mirada global del sistema de generación, destaca el informe que desde el año 2015 la mayor inversión viene concentrándose en ciertos países en desarrollo (aportada en mayor porcentaje por China e India), y países como México y Brasil, que hicieron inversiones significativas en la última década, proyectan objetivos más modestos, a diferencia de otros como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Argelia. Asimismo, menciona empresas que han definido objetivos con respecto a la incorporación de energías renovables. Si bien para la próxima década se encuentra proyectada la instalación de 826GW, falta mucha capacidad de generación para lograr el límite en el aumento de la temperatura global a fines de siglo (menos de 2ºC), definido en el Acuerdo de París.

Otro punto a destacar, mencionado anteriormente, es que se mantuvo la tendencia de disminución de los costos de la generación a partir de energías renovables, particularmente eólica y solar. En la última década, por ejemplo para la energía eólica marina, el costo nivelado de energía de referencia mundial en la segunda mitad de 2019 fue un 51% menor. En cuanto a la energía solar fotovoltaica fue un 83% más bajo, siendo esta la tecnología en la cual las disminuciones fueron más significativas.

Particularmente en Argentina se registró una caída en la inversión durante el último año, en un 18%. La inversión en energía solar se redujo en un 50% y en eólica en un 9%. El mayor financiamiento durante el año pasado fue la cartera eólica de Loma Blanca y Miramar con 348MW y $ 558 millones.

De acuerdo al último informe mensual (Abril de 2020) de CAMMESA, las renovables alcanzaron el 8% (3,024GW) de la potencia total instalada (40,14GW), con una generación neta local en este periodo de 838GWh (sobre una neta local de 8989GWh). Esto se da como resultado de las leyes que se han sancionado en los últimos años, que impulsan a las energías renovables como una solución al problema energético que atraviesa el país, debido a la mayor demanda de energía por parte de la población y la industria. Una es la Ley 27.191: Régimen de Fomento Nacional para el uso de Fuentes Renovables de Energía destinada a la Producción de Energía Eléctrica (modificación a la Ley 26.190), cuyo objetivo para la primera etapa era lograr una contribución de las fuentes de energía renovables hasta alcanzar el 8% del consumo de energía eléctrica nacional al 31 de diciembre de 2017, y para la segunda etapa incrementar hasta alcanzar el 20% al 31 de diciembre de 2025. Otra, es la Ley 27.424: Régimen de Fomento a la Generación Distribuida de Energía Renovable Integrada a la Red Eléctrica Pública, cuyo objetivo es fijar las políticas y establecer las condiciones para que los usuarios puedan generar energía eléctrica para su autoconsumo e inyección de excedentes a la red de distribución. También se destaca la implementación del Proyecto de Energías Renovables en Mercados Rurales PERMER y el plan de energías renovables RenovAr. Actualmente en este último, hay 154 proyectos por 4991MW de potencia para una inversión de casi 7500 millones de dólares, que representa además la generación de más de 9200 puestos de trabajo en construcción, operación y mantenimiento.

En este marco general global y nacional, y entendiendo que dejar de lado el avance de las energías renovables no es una opción pensando a futuro, ¿podría representar la situación de crisis un impulso? O, teniendo en cuenta la disminución global de la demanda de combustibles fósiles y su consecuente impacto en el precio del petróleo, ¿llevaría a relegar los proyectos y las inversiones actuales? En este sentido, es interesante tener en cuenta lo que plantea el último informe del Instituto para la Economía del Clima (I4CE), acerca de la estrategia climática de Francia, enfocada en tres cuestiones: medio ambiente, economía y salud, dando cuenta de una realimentación entre el desarrollo de las energías renovables y la generación de empleo. Esto se fundamenta en datos proporcionados por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), que publicó que a fines de 2018 había 11 millones de puestos de trabajo a nivel mundial relacionados con energías renovables. Asegura IRENA, además, que cada millón de dólares invertido en renovables podría generar tres veces más puestos de trabajo que en combustibles fósiles, y que a su vez, el campo de las energías renovables atrae en mayor medida a las mujeres (representan el 32% de los puestos de trabajo) en comparación con la industria de los combustibles fósiles (22% en la industria de petróleo y gas), destacando también la característica interdisciplinaria del rubro. Para los países de América Latina y el Caribe, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente propone plantear soluciones que impacten de forma integrada las crisis sanitaria, económica y social, derivadas de la pandemia, en cinco áreas: energías renovables y eficiencia energética, movilidad eléctrica, reducción de subsidios a combustibles fósiles y tasación de emisiones, sector rural y calidad de vida en las ciudades (medio ambiente, servicios, etc.).

Es sabido que el país cuenta con una gran ventaja, en comparación con otras regiones del mundo, con respecto a la disponibilidad de recursos para la generación solar, eólica, biogás, biomasa e hidráulica (<50MW se clasifican como renovables), entonces, ¿podrían las inversiones en energías renovables ser una oportunidad para resurgir en la postpandemia? Es necesario, claro está, evaluar todas las variables que influyen y realizar un análisis mucho más amplio acerca del impacto de la pandemia en términos económicos, productivos y sociales, para dar respuesta a este interrogante, pero sin dudas hay oportunidades y potencialidades que se abren a partir de las energías renovables, por ejemplo en la generación de empleo que incluya a distintos sectores de la población; y esto no es menor considerando que una de las grandes preocupaciones es qué va a pasar con el empleo y cómo se van a recuperar tantos puestos de trabajo que se han perdido a causa de la pandemia. Para imaginar un futuro, el apoyo y las inversiones relacionadas con estas energías deben mantener un lugar importante en la agenda global y nacional.

Por Andrea Pinzón

 

Fuentes
Informe “Global Trends in Renewable Energy Investment 2020”. Frankfurt School-UNEP
CAMMESA
Secretaría de Energía – Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación
Agencia Internacional de Energías Renovables, IRENA
Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, UNEP

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