En el marco más general del Proyecto “Acción Noroeste”, el Observatorio Cultural de la UNGS ha elaborado un valioso informe sobre recursos culturales para la cuarentena con el propósito de ayudar a seguir pudiendo ejercer el derecho a la cultura en un contexto tan adverso.
El Observatorio Cultural de la UNGS es una iniciativa del Proyecto “Acción Noroeste”, que dirige el investigador docente Lucas Rozenmacher, coordinador de investigación del área de “Cultura, culturas” del Instituto del Desarrollo Humano de la Universidad y profesor de Artes Audiovisuales y de Prácticas Pre Profesionales en su Licenciatura en Cultura y Lenguajes Artísticos, y que hace unas semanas dio a conocer un relevamiento de ofertas culturales de todo el país, con la indicación de los sitios web de cada una. Un regalo especialmente valioso en estos tiempos de pandemia y encerrona.
“Acción Noroeste” es el resultado de una serie de iniciativas desplegadas desde 2014 por el propio Rozenmacher junto a algunos de sus estudiantes, varios de ellos egresados hoy de la carrera (Rozenmacher menciona a “los dos primeros”: Oriana Racciatti y José Albornoz, que hoy trabajan a la par suya en la coordinación de las distintas líneas del proyecto), para desplegar una serie de acciones que permitieran a la Universidad construir canales de intervención directa con las instituciones culturales de su territorio de referencia más inmediata: en principio, los tres partidos del ex General Sarmiento (San Miguel, Malvinas Argentinas y José C. Paz), y últimamente, también, Moreno, así como Don Torcuato, en Tigre.
De ese empuje inicial surgieron –recuerda Rozenmacher– “dos instrumentos, que son otras tantas partes de esta misma herramienta de intervención, participación y generación de conocimiento sobre temas de arte y cultura”, y que hasta el momento han involucrado a más de un centenar de estudiantes. Uno de ellos es el Festival Artístico del Noroeste (FAN), que lleva ya varias ediciones, a través de las cuales, gracias al valioso trabajo de un grupo de graduados y graduadas de la carrera (entre ellas Carolina Do Pazo, María Sol Guarino y Micaela Zalazar Cuello), el número de asistentes se ha elevado de los 600 del inicio a los más de 2000 del año pasado.
El otro es el Observatorio Cultural de la Universidad, un instrumento de investigación acción orientado a caracterizar las formas de producción y sostenimiento de los espacios culturales (tanto públicos como comunitarios) de la región y relevar su estado de situación. La investigación permitió identificar también algunas cuestiones dignas de atención, como la mayor concentración o dispersión de esos espacios en las cabeceras de los tres municipios, la precariedad de sus habilitaciones, la informalidad de sus relaciones laborales y la dificultad en que las exigencias de tramitaciones pública pone a aquellos que se sostienen en la autogestión o en el movimiento de las economías informales.
A lo largo de estos últimos dos años, comentó Rozenmacher a Noticias UNGS, “el Observatorio estuvo trabajando mucho con los espacios culturales de Malvinas Argentinas, que hoy tienen fuertes estímulos del propio gobierno municipal para desarrollar sus actividades con mucha libertad, pero que siguen arrastrando estos problemas vinculados a la fragilidad y provisionalidad de sus acciones”. De esa experiencia surgió el informe publicado por el Observatorio a fin de 2019 y también un trabajo en común con esos actores para la construcción de una propuesta jurídica que contemplara las singulares características de las actividades que llevan adelante estas instituciones.
Desde el punto de vista de su sustentabilidad y de su inserción institucional, el Observatorio aprovechó en los últimos años las posibilidades brindadas por distintas líneas de financiamiento externas e internas a la Universidad, y se encamina ahora a formalizarse como proyecto de investigación sistemático, con el propósito de reforzar, junto a su importancia en la formación de los estudiantes de la carrera en los temas de la gestión cultural, su posibilidad de generar líneas de generación de conocimiento teórico y empírico sobre la producción, el desarrollo, las prácticas y la gestión del arte y la cultura en el noroeste del conurbano bonaerense.
Por lo demás, el Observatorio busca ampliar su mirada y sus posibilidades de intervención a partir de su fuerte vinculación y del trabajo que viene desarrollando conjuntamente con otros Observatorios Culturales Universitarios con funciones semejantes a la suya, como el de la Universidad Nacional de Avellaneda, el de la Facultad de Bellas Artes de la UNC (Córdoba) y los de las Facultades de Filosofía y Letras y de Ciencias Económicas de la UBA (Buenos Aires), así como con las áreas de trabajo sobre industrial culturales de la UNPAZ (José C. Paz) y con la red de investigadores en gestión cultural de la Argentina.
Esta mirada nacional más amplia le permitió en estas semanas al Observatorio de la UNGS dar a conocer un informe sobre “Recursos culturales para la cuarentena” (ungs.edu.ar; Facebook), que permite acceder a los sitios de internet de una gran cantidad de instituciones de todo el país. Poniendo a circular esta información, asegura Rozenmacher, el Observatorio contribuye al cumplimiento de una de las cuatro funciones básicas que el Estatuto de la Universidad le asigna, que es el de la promoción de la cultura, a la que entendemos como un derecho humano, social y comunitario.
En tiempo de cuarentena, explica Rozenmacher, “poder acceder a propuestas artísticas y culturales es poder ejercer efectivamente ese derecho a la cultura tomando conocimiento de una cantidad de propuestas generadas por actores que, en muchos casos, no producen en el centro urbano porteño, sino que producen, piensan y miran el mundo desde sus propias comunidades: hay ahí propuestas misioneras, cordobesas, correntinas, bonaerenses y fundamentalmente hay más de una docena de ofertas propias de nuestra región, donde cada día, a partir de la metodología de la bola de nieve, vamos encontrando alguna más.”
De esta manera, el Observatorio Cultural de la UNGS ofrece un importante servicio a quienes deseen acceder a una diversidad muy grande de propuestas culturales en todo el país, al mismo tiempo que contribuye al conocimiento de lo que se hace en el campo de la difusión de la cultura en una cantidad de instituciones que, como dice Rozenmacher, “hoy apenas pueden sostenerse, porque tienen que salir a parar la olla en medio de esta situación tan tremenda, o porque están trabajando, en la emergencia, con las organizaciones sociales de los territorios, con los municipios o con el Ministerio de Desarrollo Social”.
La situación planteada por la pandemia y por la cuarentena pone a los centros culturales de todas partes, y sobre todo a las más informales y a las más pobres, como las que despliegan su tarea en la región de referencia de la UNGS, ante nuevos y dramáticos desafíos. El modo en que ellos vienen siendo encarados y resueltos formará sin duda parte del acervo de conocimientos que el Observatorio recogerá de la interacción con sus pares de las distintas universidades del país, con los que siguen trabajando intensamente, y de su trabajo con las instituciones más cercanas en este año tan singular.
* La nota fue publicada en la revista Noticias UNGS, edición especial de mayo de 2020.
Viernes 8 de mayo de 2020
Biblioteca digital
La Secretaría de Investigación, a través de la Biblioteca y la Editorial de la UNGS, desarrolla estrategias para poner libros y textos a disposición de toda la comunidad.
Junto al equipo de sistemas, se mejoraron los accesos a la Biblioteca Electrónica del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, se habilitó una franja horaria con un canal de comunicación en tiempo real vía Hangouts para respuestas rápidas, se difundió a través de redes sociales material gratuito disponible en la plataforma eLibro y se liberó el acceso a libros de varias colecciones de nuestra editorial para leer en línea o descargar de forma gratuita. La red de bibliotecas del Conurbano diseñó un nuevo servicio para compartir recursos entre las bibliotecas que la integran.
Asimismo, Ediciones UNGS pudo retomar la venta de libros físicos a través de la web propia y de mercadolibre.
Son iniciativas para acompañar el enorme esfuerzo que toda la comunidad está realizando para seguir aprendiendo, enseñando y pensando en una situación compleja.
Viernes 8 de mayo de 2020
Sólo un tercio de los emprendimientos de la región implementó el teletrabajo | El Prodem en El Cronista
Bajo el título "Sólo un tercio de los emprendimientos de la región implementó el teletrabajo", el diario El Cronista publicó una nota con datos que se desprenden del informe “Los ecosistemas de emprendimiento de América Latina y el Caribe rente al COVID-19”, presentado recientemente por el Programa de Desarrollo Emprendedor de la UNGS (Prodem UMGS) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El nivel relativamente bajo de adopción de trabajo remoto plantea algunos interrogantes: ¿cuáles son las principales dificultades con las que se encuentran al implementar el trabajo remoto? ¿faltan computadoras, software? La situación es un tanto más compleja”, plantea el estudio liderado pir Hugo Kantis, director del Prodem UNGS, y Pablo Angelelli, del BID.
La Unidad de Biblioteca y Documentación de la Universidad ha debido adaptar sus modos de funcionamiento para hacer frente a los desafíos que plantea el contexto de la pandemia sin abandonar su fuerte compromiso con el sostenimiento de la actividad académica de la Universidad y con las instituciones de su territorio.
La Biblioteca de la UNGS es una pieza clave de su densa vida institucional, educativa, investigativa, de promoción de la cultura y de articulación social, y una pieza de la que toda la comunidad universitaria está especialmente orgullosa. Por un lado, por el modo en el que viene llevando adelante su función específica en relación con los integrantes de esa comunidad, cooperando con sus investigadores y articulando sus esfuerzos con los y las responsables, docentes y estudiantes de los tres niveles educativos que ofrece la institución, que son el inicial, el de la escuela secundaria y los tres sub-niveles superiores de sus pregrados, grados y posgrados. Por otro lado, por la sensibilidad y el compromiso con el que la Biblioteca de la UNGS viene cumpliendo con su responsabilidad como biblioteca circulante, encargada de garantizar relaciones horizontales con las distintas bibliotecas e instituciones culturales y educativas con las que interactúa sobre la base de un lazo de confianza y de reciprocidad.
Sobre este último rasgo, la directora de la Unidad de Biblioteca y Documentación (UByD) de la Universidad, María Eugenia Leiva, recuerda afectuosamente “lo que nos preguntaba el ex rector José Luis Coraggio: ¿Dónde debe estar nuestra Biblioteca? ¿En un lugar adonde deben llegar los que puedan, o allí donde está la gente, y donde nosotros tenemos el compromiso de llegar? Aprendimos que nos tocaba salir a caminar los barrios, a visitar nuestras bibliotecas, a escucharlas, a llevar los libros a lugares donde los libros no van. Y las bibliotecas soñamos juntas en esa construcción, porque era necesario pensarse en sociedad. Las bibliotecas del noroeste del conurbano vuelven a pensar en sus acciones, se potencian y se redefinen en esta construcción colectiva”. Una construcción colectiva que entre otras cosas se expresa año a año en la realización del Encuentro de Bibliotecas del Noroeste del Conurbano Bonaerense, que desde hace ya casi dos décadas reúne a cientos de bibliotecarios y bibliotecarias de la región en las instalaciones de la Universidad
La crisis sanitaria que atravesamos llevó este año, naturalmente, a la necesidad de cambiar algunos planes en la propuesta de servicios de la Biblioteca. Fue necesario, dice Leiva, “repensar las capacidades reales con las que contábamos y redefinir qué servicios eran esenciales. Con el grupo de colaboradores que a comienzos de marzo pudo venir a la Biblioteca definimos un esquema bajo tres conceptos: la responsabilidad ante la función que tiene la biblioteca y que da sentido a su existencia, la solidaridad con los compañeros que tenían alguna dificultad en las nuevas condiciones de trabajo que se implementaron y la honestidad ante la situación que a cada compañero, a cada trabajador o trabajadora, se le presentaba. En las siguientes semanas se redefinieron las tareas de la mayoría de los integrantes de la biblioteca con el doble objetivo de poder acompañar la continuidad de las actividades de docencia y de investigación en la Universidad y de estar atentos a las necesidades de la bibliotecas de la zona y a trabajar junto con ellas”.
Como biblioteca universitaria, hoy la UByD está enfocada a la obtención de recursos digitales para los estudiantes, docentes e investigadores. “Me animo a decir que nos convertimos en ‘descubridores’, como se les llama hoy en informática a los buscadores de múltiples plataformas”, dice la directora de la Biblioteca, quien subraya la importancia de la colaboración de los equipos de Sistemas de la Universidad y destaca la importancia de haber podido mejorar los accesos a la Biblioteca Electrónica del Ministerio de Ciencia y Tecnología y de haber podido habilitar una franja horaria con un canal de comunicación on line vía Hangouts para la búsqueda de información y la atención de consultas sobre acceso a distintas plataformas. “Las capacitaciones que se realizaban en la biblioteca para el desarrollo de habilidades informacionales fueron encontrando un lugar en el espacio virtual”, observa Leiva. Parte del equipo se dedica a buscar material en la plataforma E-Libro y a contrastarlo con los programas de materias, “para adelantarnos a la demanda de bibliografía”. Por supuesto, la comunicación tomó un rol preponderante, y en ese sentido se fortalecieron la participación de la Biblioteca en redes sociales, los mails institucionales y la comunicación más informal que, dice Leiva, “nos permite acceder a redes de estudiantes que gentilmente se suman a difundir entre sus compañeros los recursos que vamos ofreciendo. Parte de nuestro equipo está haciendo cursos acelerados para mejorar sus habilidades técnicas en estos campos.”
Como biblioteca comunitaria, la UByD se mantiene en comunicación con los responsables de las otras bibliotecas de la región. La emergencia llevó a los integrantes del equipo de la Biblioteca de la UNGS a tener que volver a preguntarse qué significaba, qué significa, ser una biblioteca “circulante”. Dice Leiva: “cómo salíamos a entregar materiales, cómo llegábamos a una comunidad en la que las situaciones, por ejemplo, de conectividad, son muy diversas”. Junto al equipo de directores de las bibliotecas de la Red de Universidades Nacionales del Conurbano Bonaerense, RUNCOB, se diseñó un nuevo servicio que permite compartir recursos y mejorar y potenciar los servicios que esas bibliotecas brindan. También se han fortalecido, a través de los mecanismos que permite la virtualidad, los lazos con las bibliotecas públicas y populares de la región. Dado que todas esas actividades requieren formaciones específicas, la Biblioteca propuso instancias de capacitación para su propio personal dentro de los horarios de la jornada de teletrabajo.
Se trata, de este modo, de poder seguir siendo fieles a un modo de pensarse el territorio y la inscripción de la Universidad en él que está en la base del ideario de la UNGS. Las necesidades, subraya en ese sentido Leiva, “deben pensarse como carencias pero también como potencia, y hacerlo así nos hace tomar conciencia de hasta qué punto nuestra biblioteca puede presentarse como un factor de desarrollo”. Leiva recuerda las palabras de Noé Jitrik en la apertura de una de las últimas ediciones del Encuentro de Bibliotecas. Y en esta instancia es posible traer las palabras de Noé Jitrik en la apertura de una de las últimas ediciones del Encuentro de Bibliotecas de la UNGS: “Borges pensaba la biblioteca como eternidad, como lo que puede ser eterno. Es lo más parecido a una idea de eternidad: la idea de lo que puede durar más allá de nosotros mismos. Esa potencia de eternidad nos conmueve y nos transforma. Queremos que nuestra comunidad pueda vivir esa experiencia, y nuestro compromiso es el de acompañarla para eso, incluso y sobre todo en esta hora tan difícil”, concluye la directora de la Biblioteca de la UNGS.
* El artículo fue publicado en la revista Noticias UNGS, edición especial mayo de 2020.
Viernes 8 de mayo de 2020
Editar en la cuarentena
En medio de la situación generada por la pandemia de COVID 19, el sello editorial de la UNGS ha desarrollado un conjunto de estrategias para seguir editando, interviniendo en los debates públicos, colaborando con las tareas pedagógicas que se desarrollan en la Universidad y respondiendo a las demandas de la política educativa nacional.
La emergencia sanitaria que atraviesan el país y el mundo entero ha implicado un conjunto de severas limitaciones para una enorme cantidad de actividades productivas y comerciales. Para la industria editorial (de cuyo fuerte deterioro a partir de 2015 vinimos dando cuenta de manera sistemática desde las páginas de Noticias UNGS), el golpe fue sin duda muy duro. Imprentas cerradas o trabajando a media máquina, librerías sin el espectáculo de los lectores revisando las mesas y las estanterías, escuelas y universidades funcionando de modo remoto: todo conspiró para determinar una significativa caída de los niveles de producción y de actividad. En ese contexto tan difícil, la editorial de la UNGS no ha detenido su marcha. El director de Ediciones UNGS, Darío Stukalsky, destaca el modo en que “todo el equipo se puso al hombro la editorial: todos y todas están empujando para que las cosas salgan, para innovar en la adversidad, para inventar cosas nuevas trabajando –como estamos obligados a hacerlo todos– desde sus casas”.
Poco antes del inicio de la cuarentena, en el número 92 de Noticias UNGS, en marzo de este año, habíamos dado cuenta de la aparición de seis títulos de libros y de un número de la revista de economía política Márgenes aparecidos a fin del año anterior: pueden revisarse las reseñas de estas siete publicaciones en la versión digital de la revista, en esta misma página. A esos títulos hay que agregar, aparecidos todos entre fines de 2019 y comienzos de 2020, otros tres libros editados en formato digital, y ya accesibles, por lo tanto, a los lectores: se trata de los volúmenes colectivos Más allá de la supervivencia. Experiencias de economía social y solidaria en América Latina, organizado por Erika Liritz y Ruth Muñoz (colección “Lecturas de Economía Social”), El desafío de la interdisciplinariedad en la investigación. La ciencia y el tiempo, de Tamara Botazzi y otrxs (colección “Humanidades”), y Mapa de la formación universitaria en administración pública en la Argentina, dirigido por Sergio Agoff (colección “Educación”).
Desde que comenzó el aislamiento social preventivo y obligatorio y se suspendieron las actividades presenciales en la universidad, aparecieron varios títulos más: Políticas públicas, tradiciones políticas y sociabilidades entre 1960 y 1980, de Daniel Lvovich (colección “Humanidades”), Jóvenes, católicos, contestatarios, de Virginia Dominella (colección “Entre los Libros de la Buena Memoria”), Economía y Hegemonía, de José Luis Coraggio y Pablo Míguez (serie “Democracias en Revolución & Revoluciones en Democracia”), Elementos básicos para el procesamiento, el análisis y la interpretación de la información estadística en salud, de Ana Airovich (colección “Cuadernos de Trabajo”), Espectros dependentistas, de Diego Giller (colección “Política, políticas y sociedad”), Memorias en pantalla, de Claudia Feld, Juan Pablo Cremonte y Pablo Gullino (serie “Medios y política”) y Serafina Dávalos, de Rocco Carbone (colección “Pensadores y pensadoras de América Latina”).
Estos libros no han podido ser editados todavía en papel: habrá que esperar para ello a la vuelta a la normalidad en el funcionamiento de las imprentas, distribuidoras y librerías. Pero mientras tanto todos ellos están disponibles como publicaciones electrónicas (E-pub) y pueden adquirirse a través de dos portales internacionales de distribución de libros digitales: “Bajalibros”, para las compras en la Argentina, y “Unebook”, de la Asociación de Editoriales de Universidades Españolas, para el resto del mundo. Pero no solo estos títulos más recientes están disponibles de este modo: hay hoy más de un centenar de libros de Ediciones UNGS que pueden conseguirse y comprarse por este medio, y recibirse como archivos que pueden ser leídos en distintos dispositivos. “Estamos profundizando una estrategia de conversión de todo nuestro catálogo a formatos digitales”, explica Stukalsky, y agrega: “Por ahora estamos funcionando con esas dos plataformas, pero pronto tendremos una parte importante del catálogo en versión digital para ser adquiridos en el propio portal de Ediciones UNGS”. En esa página web de la Editorial es posible también, desde hace tiempo, comprar a través del “carrito de compras” y recibir los libros a domicilio, por correo. “Desde que se retiró, hace pocos días, la restricción a esta actividad, que habíamos debido suspender en el inicio de la cuarentena, hemos retomado esta forma de llegar a los lectores, así como la venta de libros a través de “Mercado Libre”.
Pero más que en el mercado, las preocupaciones de la editorial de la UNGS estuvieron centradas en este último tiempo en los modos de atender una cantidad de demandas asociadas a las exigencias pedagógicas que impone la educación remota y a las necesidades de la política educativa en el contexto de la pandemia. En ese sentido, debe destacarse la decisión de Ediciones UNGS de liberar una gran cantidad de contenidos de su catálogo orientados a diferentes niveles educativos y a la formación docente, que hoy pueden leerse como archivos PDF de los libros oportunamente editados con un simple click en la página web de la Universidad. Están en esta situación casi todos los títulos de las colecciones “Textos básicos”, ampliamente utilizada por los estudiantes de los cursos más numerosos de la UNGS (https://www.ungs.edu.ar/coleccion-libro/textos-basicos) y “Traducciones literarias argentinas”, que ofrece versiones en nuestro castellano actual de algunos textos clásicos de la literatura universal (https://www.ungs.edu.ar/coleccion-libro/traducciones-literarias-argentinas), así como la ya mencionada colección “Entre los Libros de la Buena Memoria”, concebida desde siempre como de acceso libre (https://www.ungs.edu.ar/coleccion-libro/entre-los-libros-de-la-buena-memoria) y la también ya mencionada última entrega de los “Cuadernos de trabajo” sobre el muy actual tema del análisis de la información estadística en salud (https://www.ungs.edu.ar/coleccion-libro/cuadernos-de-trabajo).
También vale la pena mencionar que la editorial de la Universidad pudo acompañar un convenio celebrado entre el Ministerio de Educación de la Nación y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) para la liberación de contenidos destinados a la educación, poniendo a disposición del Ministerio un centenar de títulos. El CIN había solicitado a las editoriales universitarias, en el marco de ese convenio, un relevamiento de todos los materiales (tanto impresos como en soporte digital) que pudieran realizar un aporte a la tarea que desarrolla el Programa “Seguimos Educando”, del Ministerio, en pos de facilitar la continuidad de los trayectos educativos de los niveles inicial, primario y medio en todo el país. El Programa, ahora, llevará adelante una selección de los materiales que se le han ofrecido, y pondrá los que seleccione a disposición de estudiantes y de docentes en el portal del Ministerio. Entre el centenar de títulos ofrecidos por Ediciones UNGS se cuentan muchos libros de la colección “Educación”, de la serie “Fuentes comentadas de historia y filosofía”, de la ya mencionada colección “Traducciones Literarias Argentinas”, de la colección “Contratiempos” y de la serie dedicada a la problemática de género de la colección “Intervenciones”, entre muchos otros.
Desde hace años, la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP) realiza dos veces por año compras de libros a las editoriales nacionales: hay una compra “descentralizada” que hacen los propios responsables de las bibliotecas, con fondos especialmente asignados para ello, en el la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires (FILBA), y una compra “centralizada” que hace la propia Comisión en base a propuestas elevadas por las editoriales, para distribuir entre las bibliotecas populares del país. En ambos casos, los libros se compran al 50% de su precio de venta al público. Entre 2015 y 2019 el gobierno nacional suspendió las compras centralizadas: durante cuatro años, la CONABIP no compró un solo libro. En cambio, siguió financiando, con un presupuesto muy acotado, las compras que se hacían en la Feria. Este año, la suspensión (o al menos el aplazamiento) de este evento impidió la realización presencial de estas compras. Para minimizar ese impacto negativo, la CONABIP hizo dos cosas: duplicó el monto que se venía asignando a las bibliotecas populares para realizarlas y creó el “Programa Libro% 2020 a distancia”, pidiendo a las editoriales que indiquen los libros que ponen a la venta y permitiendo que los bibliotecarios los adquieran de modo remoto. La UNGS, por supuesto, está participando activamente en esta oferta.
También está participando en la Feria del Libro Feminista, que por supuesto se llevará a cabo de manera virtual. Preguntada por tres títulos a destacar en ese contexto, la Editorial de la Universidad indicó sus ya casi clásicos Yo nena, yo princesa y Mariposas libres, ambos de Gabriela Mansilla, y el más reciente Legalización del aborto en la Argentina, compilación a cargo de Mario Pecheni y Marisa Herrera que había recibido comentario en el último número de Noticias UNGS, aparecido a inicios del corriente año lectivo. Toda esta actividad, destaca Stukalsky, fue posible gracias a la buena disposición de todos los actores concernidos, que no solo son los que trabajan en la propia editorial, sino también los que lo hacen en otras áreas decisivas de la Universidad. El director de Ediciones UNGS destaca entre ellas la de sistemas, “que implementó una cantidad de instrumentos que permitieron la disponibilidad de archivos y la comunicación entre los trabajadores de las distintas etapas del proceso editorial”, y la de administración, “que permitió que se siguiera y que se siga dando trabajo y pagando a muchos proveedores de la librería y de la editorial”.
En la crítica situación que atraviesan la vida cultural, el sistema educativo y la actividad universitaria, parece más necesario que nunca, señala Stukalsky, “trabajar con otros actores de la edición universitaria en la elaboración de foros de discusión y de intercambio de experiencias para imaginar las estrategias colectivas que sea necesario impulsar en esta coyuntura. Por un lado, se vienen desarrollando distintos encuentros entre miembros de la Red de Editoriales de las Universidades Nacionales (REUN) de nuestro país, en la que la UNGS viene teniendo un fuerte protagonismo (http://revistatelar.ct.unt.edu.ar/index.php/revistatelar/article/view/448/423). Por otro, el propio Stukalsky fue invitado a participar, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Bototá, de un encuentro de editores universitarios organizado (de modo remoto, claro) por la Asociación de Editoriales Universitarias de América Latina y el Caribe y la Asociación de Editoriales Universitarias de Colombia (https://www.facebook.com/519830798038839/videos/240462153826948/). Se trata, dice Stukalsky cerrando su diálogo con Noticias UNGS, de “seguir pensando entre todos y todas para capear esta situación y prepararnos para el futuro del mejor modo posible. Pero, sobre todo, de seguir interviniendo para mejorar el mundo en el que vivimos.”
* El artículo fue publicado en la revista Noticias UNGS, edición especial mayo de 2020.
Jueves 7 de mayo de 2020
¿Cómo enseñar para que todos y todas puedan aprender en tiempos de pandemia? | Paula Pogré en Diagonales
En un artículo publicado en Diagonales, Paula Pogré, investigadora docente del Instituto del Desarrollo Humano de la UNGS comparte algunas reflexiones sobre cómo enseñar para que todos y todas puedan aprender en tiempos de pandemia.
La Universidad Nacional de General Sarmiento coordina una red de especialistas de distintas instituciones universitarias y de investigación que trabaja con modelos matemáticos para aportar saberes científicos confiables sobre la pandemia.
Una red de investigadores e investigadoras de distintas instituciones académicas del país conformada hace pocas semanas para atender a las necesidades de generación de conocimiento planteada por la epidemia de COVID 19 en Argentina viene explorando y desarrollando, bajo la coordinación de la Universidad Nacional de General Sarmiento, modelos matemáticos que permitan aportar información científicamente confiable sobre el problema y colaborar, en base a esa información, en la toma de decisiones.
La red, coordinada desde el Programa de Investigación Interinstitutos en Sistemas Complejos (PII-SCO) y la Secretaría de Investigación del Instituto de Ciencias (ICI) de la UNGS, apunta a formalizar y articular un trabajo que en el seno de las distintas instituciones que la integran se venía desarrollando en forma aislada. Para ponerla a funcionar, el PII-SCO y la Secretaría de Investigación del ICI convocaron a especialistas de las Universidades Nacionales de Luján, de Mar del Plata y de La Plata, así como de algunos institutos del CONICET, para trabajar en conjunto, con la perspectiva de que en el futuro puedan sumarse a la iniciativa otros equipos de investigación y pueda seguir ampliándose la red.
¿Qué es lo que se busca conocer? Algunos de los propósitos que se han trazado los expertos que trabajan en la red son poder predecir la evolución futura de la enfermedad, cuantificar la incertidumbre sobre esas predicciones y analizar las medidas de control que se van adoptando o que deban adoptarse. Se trabaja, por lo tanto, sobre distintos problemas relacionados con los casos de los enfermos asintomáticos, de las personas inmunizadas y de las redes de contagio de la enfermedad, y también sobre temas de epistemología pura como, por ejemplo, qué ocurrirá con la mutación del virus, o cómo influirán sobre su propagación las variables climáticas, por ejemplo, en el invierno.
Fernando Momo, secretario de Investigación del ICI y uno de los coordinadores de la red, explica que los estudios de modelado (la representación de un fenómeno natural en ecuaciones matemáticas) permite no solo hacer predicciones sobre cómo evolucionará la curva de infectados, sino también comprender los mecanismos de funcionamiento del fenómeno que no se habían pensado. El grupo trabaja con dos plataformas. Por un lado, la aplicación Slack, que proporciona un espacio de trabajo amigable para la discusión, la elaboración de documentos, el intercambio de publicaciones y la reposición de datos. Por otro lado, se un entorno Gitlab, habilitado recientemente en el servidor de la UNGS, para quienes necesiten trabajar sobre programas de simulación o análisis de datos.
A medida que fueron avanzando, los expertos de las distintas instituciones que participan en la red decidieron enfocarse en dos escalas espaciales que consideran significativas para hacer un aporte adicional desde los modelos matemáticos: algunos municipios de los que ya tienen datos y las regiones sanitarias de la provincia de Buenos Aires, en particular las regiones VII y VIII. También están atendiendo consultas puntuales de otras regiones o municipios. “Avanzamos en cuanto al tipo de modelos que queremos usar, algo más complejos, con efectos estocásticos, redes de contagio y más compartimientos que los clásicos modelos SEIR (un modelo convencional de modelaje matemático de las epidemias)”, explica Momo en diálogo con Noticias UNGS, y agrega que el equipo está “tratando de avanzar en cuanto a poder estimar el tipo de sesgo que tienen los datos de los que se dispone, a fin de poder acotar mejor los errores de predicción”.
Con la puesta en marcha de esta red se busca unir esfuerzos que venían desarrollándose de manera aislada en el seno de distintos equipos y de distintas instituciones, aportar diferentes miradas al trabajo común e incluso poder incursionar, colaborativamente, en otras líneas de investigación, que puedan contribuir con la tarea que en relación con la evolución de la pandemia en el país vienen realizando los equipos que asesoran al Ministerio de Salud de la Nación. Como asegura Leonardo Saravia, director del PII-SCO y coordinador de la red junto a Momo, el objetivo es que el trabajo “se ponga a disposición para consultas por parte de entidades gubernamentales y de la salud” y que “sea un aporte más de la ciencia argentina para enfrentar esta epidemia y sus múltiples consecuencias”.
El PII-SCO es un programa en el que convergen investigadores e investigadoras de los cuatro institutos de la Universidad, quienes provienen de distintas disciplinas, tales como la física, la informática, la matemática, la economía, la biología y el urbanismo, y que trabajan en estudios sobre los problemas de la complejidad. Es uno de los varios Programas de Investigación Interinstitutos con los que cuenta la UNGS, que hace ya unos años impulsó este mecanismo para estimular y favorecer el diálogo, el encuentro y el intercambio entre investigadores docentes que coinciden en el estudio de determinados campos de problemas desde diversas perspectivas disciplinarias, orientaciones temáticas e intereses de aplicación, y que desarrollan sus tareas investigativas en los diferentes Institutos en los que se organiza la actividad académica de la Universidad: el de Ciencias, el de Industria, el del Conurbano y el del Desarrollo Humano.
Los Programas de Investigación Interinstitutos, cuya creación debe ser aprobada por el Consejo Superior de la Universidad, articulan proyectos de investigación desarrollados por los investigadores en sus institutos de pertenencia y acreditados y evaluados por la propia UNGS o por diferentes organismos de ciencia y técnica, y de esta manera permiten el desarrollo de trabajos más ambiciosos que los que puede llevar adelante un equipo singular. Además del Programa de Investigaciones en Sistemas Complejos, la UNGS cuenta hoy con un Programa de Investigaciones Interinstituto en Empleo, Trabajo y Producción, uno en Infancias, Adolescencias y Juventudes en Argentina y uno en Políticas Financieras, Monetarias y Fiscales.
Para el PII-SCO, la organización de esta red permite ahora dar un nuevo paso en el camino a la coordinación de las tareas investigativas de los equipos y a la expansión de sus horizontes. “Nos interesaba esa posibilidad”, dice Momo: “Ampliar el grupo de trabajo e invitar a cualquier colega que quisiera sumarse a hacerlo para que pudiéramos centralizar trabajos y datos, colaborar con mayor eficiencia, no dispersar tantos esfuerzos y sostener un ámbito de discusión de tipo técnico-académico, para que no circule un exceso de información incompleta o mal interpretada. Con ese objetivo, nos proponemos comunicar periódicamente los avances logrados de manera clara y precisa”.
La invitación está abierta, y quienes tengan interés en sumar sus aportes al trabajo que viene desarrollando la nueva red pueden escribir un correo electrónico a las siguientes direcciones: fmomo@campus.ungs.edu.ar y lsaravia@campus.ungs.edu.ar, indicando sus datos de filiación institucional y los motivos de su interés por sumarse al proyecto.
Por Analia Fasoletti para Noticias UNGS
* El artículo fue publicado en la revista Noticias UNGS, edición especial mayo de 2020.
Jueves 7 de mayo de 2020
Docentes de la UNGS en el Programa “Seguimos Educando”
Tres investigadores docentes del Instituto del Desarrollo Humano de la UNGS fueron convocados por el Ministerio de Educación de la Nación a colaborar con el desarrollo del Programa “Seguimos Educando” a través de la preparación y el dictado de clases distantes por televisión. En esta nota explican las características de la experiencia y los desafíos que plantea.
En el marco de la pandemia, un grupo de investigadores-docentes de la Universidad hemos tenido la posibilidad de hacer nuestro aporte en tareas destinadas a resolver necesidades concretas que la situación plantea en materia educativa. En efecto, el Gobierno Nacional estableció, a partir del 16 de marzo, la suspensión del dictado de clases presenciales en los niveles inicial, primario y secundario de todo el país, de manera que los alumnos y las alumnas de la mayoría de las jurisdicciones pudieron asistir a las escuelas solo durante la primera semana de este ciclo lectivo 2020.
En este contexto, con el objetivo de complementar la tarea que los y las docentes comenzaron a desarrollar a través de diversos mecanismos de educación a distancia, el Ministerio de Educación de la Nación creó el Programa “Seguimos Educando”, un dispositivo de apoyatura transitorio y excepcional destinado a poner a disposición de alumnos, alumnas y docentes contenidos educativos hasta el reinicio del normal funcionamiento de las clases.
El Programa articula diferentes recursos: materiales digitales, cuadernillos impresos y clases que se dictan por radio y por televisión. Los programas televisivos se emiten diariamente a través de Canal Encuentro y de la Televisión Pública en franjas horarias fijas de acuerdo con cada nivel educativo. Nuestra participación apunta a colaborar específicamente con las clases de Lengua y Literatura, de Matemática, de Física y de Química de nivel secundario que se transmiten por estas emisoras a partir del mes de mayo.
La tarea principal consiste en adecuar al formato de una clase los contenidos determinados por el Ministerio para cada encuentro. A partir de una grilla de contenidos y de una propuesta inicial de recursos audiovisuales, nuestra participación procura organizar cada emisión con una estructura similar a una clase del ámbito escolar. En este sentido, se hace necesario precisar contenidos, objetivos, recursos y actividades para que, a partir de una propuesta más concreta, productores y guionistas puedan llevar a cabo las tareas propias de la producción televisiva.
En Lengua y Literatura, por ejemplo, transitamos la dificultad de articular dos movimientos que se encuentran en tensión: por una parte, procuramos precisar y acotar contenidos para que, a lo largo del desarrollo de una clase, se evidencie qué pretendemos que los alumnos y las alumnas aprendan en cada programa; por otro lado, buscamos ampliar la propuesta a través de sugerencias que el formato televisivo facilita y que permiten profundizar el abordaje de los contenidos más allá del límite de la clase: entrevistas a escritores y a investigadores, lecturas alternativas y formas de acercamiento a diversas producciones artísticas y culturales con las que conectar los contenidos de la disciplina.
En el caso de las ciencias exactas y naturales, el principal desafío que enfrentamos es el de encontrar los mejores modos de acompañar la adecuación de los contenidos, que en ocasiones pueden aparecer como demasiado extensos y que muchas veces no es tan fácil adaptar a un formato televisivo.
Por otro lado, desde el propio conocimiento de nuestras disciplinas, venimos acompañando las tareas de coordinación entre el área específica del Ministerio y la productora televisiva, tanto como la articulación con las y los contenidistas, con las y los guionistas e incluso con los propios docentes. Para el caso de matemática del ciclo orientado, el docente que sale al aire es Lucas Catalano.
Pese a la especificidad propia de cada asignatura y a las diferencias de las demandas del Programa para con cada uno de nosotros, nuestra participación tiene en común la urgencia y la vertiginosidad, rasgos que posiblemente la pandemia haya instalado en muchas de nuestras prácticas cotidianas. Aunque quisiéramos tener el tiempo para detenernos a discutir aspectos relacionados con, por ejemplo, la selección de los contenidos o los mecanismos de la divulgación televisiva, sabemos que en estos momentos el ritmo de la tarea requiere de nuestra parte otro tipo de intervención. Este es quizás un límite para nuestros deseos de colaborar, pero, al mismo tiempo, nos desafía a encontrar mejores modos de enseñar en situaciones de emergencia.
Por Lucas Catalano, Facundo Nieto, Sergio Vera
* El artículo fue publicado en la revista Noticias UNGS, edición especial mayo de 2020.
Miércoles 6 de mayo de 2020
Desde la pantalla
En los párrafos que siguen, la Secretaria de Cultura y Medios de la Universidad reflexiona sobre los desafíos que plantea la situación de aislamiento forzoso que signa hoy la vida social en el país para el cumplimiento de la misión que tiene la Universidad de incidir en la agenda cultural de su comunidad y de su territorio, y comenta algunas de las producciones y de las iniciativas con las que las distintas áreas que integran la secretaría a su cargo siguen afirmando su compromiso, que ahora se manifiesta en la atractiva propuesta de una rica y diversa agenda cultural on line.
Mauricio Kartun dijo, en una hermosa conferencia en el auditorio José Pablo Martín, que algo distinguía al teatro de otras artes basadas en la actuación: la afirmación de la presencia, el convivio, el estar juntxs. La teatralidad acontece allí donde hay cuerpos reunidos, en el enlace entre quienes actúan y les espectadores. Cada función es única porque el tono se modifica. Como sucede en los momentos presenciales de otras artes, la música y la danza, o en las clases o conferencias. Los rostros de quienes están, su atención o dispersión, su compromiso con lo que ocurre o su desdén, modifican cada uno de esos hechos. Cuando la obra está objetivada en un cuadro o un libro o un disco, puede variar su interpretación, el modo en que se recibe, pero no su existencia.
¿Cómo intervenimos en la agenda cultural cuando la presencialidad está suprimida, cuando ese convivio es, precisamente, lo amenazante, porque el cuerpo de cada quien puede ser portador de virus? El aislamiento social preventivo y obligatorio modifica nuestras prácticas culturales: ni teatros ni cines ni conciertos ni salas. Vimos escurrirse la programación entre nuestras manos, mientras lugares públicos y privados empezaron a proponer recorridos virtuales. Las redes sociales se convirtieron en acopios y usinas, y hoy podemos asistir, desde nuestras pantallas, a recorridos por los grandes museos europeos, ver infinidad de películas, leer libros digitalizados, mirar grabaciones de obras de teatro.
Nuestras pantallas son apertura al mundo y a la vez confirmación del encierro, porque todo aquello que constituye una experiencia sensorial, afectiva y estética, nos aparece como superficie plana. Quizás mucho de lo que hacemos en estos días, en este extraño laboratorio de prácticas nuevas que implica la prevención sanitaria, tenga esa complejidad: no sustituye pero alude a esa otra experiencia que vendría a reemplazar, como si nos trajera su registro o una suerte de copia. Porque aún no son hechuras acabadas y originales, destinadas a la pantalla –salvo las películas y series producidas por cadenas como Netflix, ya pensadas para pantallas hogareñas y no para el cine–. Con los equipos del Polo de las Artes, de la Secretaría de Cultura y Medios, conversamos acerca de esta complejidad: ¿qué hacer, entonces?
Decidimos producir una agenda cultural on line, y una de las primeras propuestas fue la filmación de aquella charla del autor de Terrenal. Queríamos comenzar señalando, a la vez, las tensiones de la propia propuesta. Para esta agenda virtual recuperamos materiales –conferencias y espectáculos– que fueron filmados por UNI TV para ser transmitidos en la pantalla del canal y producimos nuevos materiales, exposiciones de profesoras y profesores de las diplomaturas que dicta el Centro Cultural –las primeras personas invitadas fueron Carlos Alonso y Marina Devesa– y entrevistas a artistas vinculados a las propuestas de la Universidad. Producir materiales específicos implica una incidencia sobre la temporalidad actual, marcar que no estamos haciendo lo mismo ni mostrando lo que sí se podía hacer en condiciones de presencialidad, sino investigando las condiciones del quehacer cultural en tiempos de pandemia.
Los celulares graban distinto que las cámaras de tv y nos convertimos en quienes registran su propia imagen: el modo selfie de la representación se vuelve clave en estas pequeñas producciones, pero también en la grabación de las clases y en las comunicaciones de video llamada donde nos vemos a nosotrxs mismxs en la pantalla, junto con las demás personas y podemos saber cómo estamos siendo vistxs. Aparece una conciencia inédita de la propia imagen y eso produce un cierto tipo de novedades en la representación. ¿Qué impacto producirá esto en las producciones artísticas y culturales? ¿Qué impacto en las prácticas que implican una exposición pública, como las clases, que desplegamos en general dejando esa visión en el plano inadvertido?
Durante esta cuarentena se estrenaron en UNI TV los ciclos Sublevaciones y Palabras en llamas. El primero es una serie de clases sobre revoluciones, insurrecciones, desobediencias, actuales y antiguas, hechos históricos y rebeliones artísticas. Clases dictadas para la televisión, fuera de una currícula escolar o de un programa universitario, piezas separadas que intentan responder la pregunta por aquello que funda al desobedecer –la acción política, la lucha sindical, el deseo–, comparten la época de estreno con un sin fin de clases que entran, también, a las casas. También habrá que pensar alrededor de estas obras que son anfibias, que funcionan en la mixtura: un set de televisión no es un aula pero a la vez una clase, dictándose donde se dicte, establece un campo de conversación muy específico, el de la situación de escucha y aprendizaje.
Palabras en llamas es una serie de microprogramas coproducida con el Instituto de Ciencias y conducida por Jazmín Ferreiro: filósofas presentan a otras pensadoras cuya valoración ha sido menoscabada por las lógicas patriarcales de construir el canon y la legitimidad. En consonancia con ese esfuerzo de construir una historia plural de nuestros campos de conocimiento, FM La UNI desarrolló una serie de podcast de Historia de mujeres en la ciencia. Las discusiones abiertas por el movimiento feminista implican construir genealogías: encontrar antecesoras, refundar bibliotecas, hacerse nuevas preguntas epistémicas, revisar, cada vez, por qué nombramos, seleccionamos, enseñamos a algunas obras y no otras. Estas decisiones no pueden desligarse de la discusión más general sobre el modo en que se construye la norma sexo genérica, tema que es abordado por otra serie de podcast, Sin etiquetas. El podcast es pieza disponible en las redes, que ya no tiene, como el aire radiofónico, un horario determinado. Se convierte en pieza sonora a demanda y corresponde a un cambio en los modos de consumo. La radio, sin embargo, sigue abocada a la cobertura informativa, a la producción de noticias sobre la región y es un medio de vinculación con vecinxs y organizaciones sociales.
Quien lea quizás esté añorando el olor de la tinta sobre el papel, eso que nos lleva a agarrar una revista, apenas llega, para olfatear su novedad y hojearla –hacer pasar hoja por hoja–, o quizás eso nos pase sólo a quienes andamos un poco melancólicos por la falta de presencialidad. La cuestión es que es necesario pensar las singularidades de este momento y apostar a la creación de obras e interpretaciones.
María Pia López
* El artículo fue publicado en Noticias UNGS, en la edición especial de mayo de 2020.
Miércoles 6 de mayo de 2020
La pandemia y la actividad industrial
Investigadora del Instituto de Industria de la UNGS, Diana Suárez es co-autora del capítulo argentino del informe de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial sobre las implicancias de la pandemia de Covid-19 sobre la actividad productiva.
La Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) ha realizado un informe acerca de las implicancias de la pandemia de COVID-19 sobre la actividad manufacturera y de las políticas que se están implementando para mitigar sus efectos sobre este sector en el corto y mediano plazo en distintos países. Para la elaboración y el análisis del caso argentino, la ONUDI convocó a las especialistas argentinas Diana Suárez, investigadora docente del Instituto de Industria de la UNGS y Lilia Stubrin (CONICET-CENIT/UNSAM), especialistas en estudios y políticas de Ciencia, Tecnología e Innovación y miembros de la Red Latinoamericana para el Estudio de los Sistemas de Aprendizaje, Innovación y Construcción de Competencias (LALICS). La nota que se presenta a continuación es un resumen de la presentación realizada por las dos investigadoras, actualizado por ellas mismas para esta edición especial de Noticias UNGS.
Cronología
La evolución de la pandemia, las medidas sanitarias tomadas por el gobierno nacional y sus efectos sobre la actividad productiva pueden diferenciarse en cuatro etapas:
Etapa de vigilancia epidemiológica. La implementación de medidas de prevención y control tendientes a reducir el riesgo de diseminación de la infección COVID-19 en la población y de adecuación del sistema de salud se produjeron a partir del 3 de marzo, cuando se detectó el primer caso en la Argentina. Estas medidas incluyeron el cese de las actividades culturales, deportivas y turísticas.
Etapa de aislamiento social, preventivo y obligatorio. El 16 de marzo comienza la implementación de medidas más estrictas de aislamiento social. El 20 de marzo el gobierno nacional decide el aislamiento social, preventivo y obligatorio de la población. Esta Fase 1 de aislamiento implicó la prohibición de desplazamiento de las personas en del territorio, excepto para aquellos que trabajen en actividades exceptuadas como producción de alimentos o productos de higiene. En esta fase el impacto de las medidas en la actividad económica fue rotundo alcanzando a la mayor parte de los sectores productivos. Como consecuencia, establecimientos tuvieron que realizar suspensiones sin goce de sueldo o reducir el salario de los trabajadores. Esta fase de aislamiento culminó el 12 de abril con 2208 casos confirmados y 95 fallecimientos. Se estima que esta primera etapa de aislamiento alcanzó al 90% de la población, y fue exitosa en frenar los niveles de contagio incrementando la tasa de duplicación de casos de personas con COVID-19 de 3 a más de 10 días.
Etapa de aislamiento administrado. Esta etapa, que comenzó el 13 de abril, permitió mayor grado de flexibilidad en cuanto a movimiento de personas y realización de actividades productivas. Se estima que mantuvo en aislamiento al 75% de la población. Es durante esta etapa donde se produjo un agudizamiento de la crisis económica. A pesar del pedido reiterado desde el gobierno y las medidas paliativas, las empresas avanzaron en procesos de despido, suspensión y reducción de los salarios. Se suman además la pérdida de proporcionales por productividad o presentismo. Es decir, esta fase incluyó la agudización de la caída en la demanda, ya no solo de los estratos de menores ingresos sino también de la clase media asalariada. Se suman además procesos inflacionarios (vinculados en parte a conductas típicamente especulativas) entre los bienes de primera necesidad. El fin de esta etapa se produce el 26 de abril con 3892 casos y 197 fallecimientos. La tasa de duplicación había aumentado a más de 17 días, verificándose una continuidad en el éxito de las medidas sanitarias sobre el avance de la pandemia en el país.
Segmentación geográfica del aislamiento. Esta etapa, que se inició 26 de abril, permite una mayor circulación de personas y la reactivación de actividades económicas en aquellas regiones con menor incidencia de casos. Las regiones con un nivel poblacional mayor a 500.000 personas quedan exceptuadas de las medidas de flexibilización del aislamiento. Se estima que el aislamiento alcanzará al 50% de la población.
El gobierno nacional ha anunciado que a las fases descriptas se sumarían otras dos fases adicionales: de reapertura progresiva y de nueva normalidad.
Medidas e iniciativas para contrarrestar el impacto negativo sobre la economía
En esta sección presentamos una breve síntesis de las medidas anunciadas por el gobierno nacional desde el inicio de la crisis.
En relación al sostenimiento de los ingresos de la demanda, las medidas incluyeron:
Instrumentos legales: control de precios y creación de licencias extraordinarias, y prohibición de despidos, aunque atenuado por la figura de “Suspensión por fuerza mayor”;
Subsidios directos a las familias de menores recursos como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), el incremento excepcional en las asignaciones por hijo, seguro de desempleo y jubilaciones y la distribución de alimentos, bonos especiales para personal de salud;
Subsidios indirectos: diferimiento y refinanciamiento de gastos con tarjeta de crédito y congelamiento de tarifas, alquileres y procesos de desalojo.
En simultáneo, se avanzó en medidas de apoyo a las pequeñas y medianas empresas:
Subsidios directos: eximición de impuestos laborales y pago directo de proporcionales sobre salario para los empleados para los sectores más afectados (servicios), y líneas de crédito barato para empresas pequeñas y medianas;
Subsidios indirectos: incremento de la obra pública, despliegue de actividades vinculadas con la crisis sanitaria con impacto en la industria nacional (producción de insumos y equipamiento y reconversión productiva) y producción de contenido digital para la continuidad pedagógica;
Promoción de la innovación. Se lanzaron convocatorias para el financiamiento de proyectos de desarrollo tecnológico, mejoras en la productividad y reconversión productiva a partir de aportes no reembolsables y créditos a tasa subsidiada.
El cuentapropismo merece un párrafo aparte. Se trata de actividades de pequeña escala, vinculadas a profesiones liberales, donde los márgenes de ganancia para afrontar licencias con goce de sueldo son menores, al igual que la posibilidad de sostener ingresos en un marco de suspensión general de la actividad productiva. No son un sector de la economía informal o de bajos ingresos, pero tampoco califican como pequeñas o medianas empresas. A la fecha, solo se ha avanzado en el otorgamiento de créditos a tasas subsidiadas, que aún no se implementa.
Algunas reflexiones ante un escenario incierto
A tan solo un mes de la redacción del informe inicial, nos encontramos reflexionando de cara a un escenario con algunas certezas, pero también plagado de incertidumbres.
En primer lugar, la respuesta temprana en nuestro país nos muestra un escenario con números de contagio significativamente bajos. Tres aspectos se destacan en este temprano accionar. En primer lugar, el hecho que el Presidente Alberto Fernández fijó como prioridad la salud de la población tomando medidas rápidas y contundentes para reducir el ritmo de contagio y fortalecer el sistema de salud. En segundo lugar, se conformó una comisión de expertos compuesta por infectólogos y epidemiólogos de renombre que asesoran de manera permanente al poder ejecutivo. Tercero, la generación de consensos y apoyos de todo el arco político, trabajando de manera conjunta con las autoridades provinciales y municipales del país.
En segundo lugar, la respuesta temprana, el achatamiento de la curva y todas las medidas anunciadas, que rondan el 5,6% del PIB (3,5% es gasto fiscal), no serán suficientes para frenar la crisis económica, de escala global. De acuerdo con la CEPAL, el producto de la región llegará a contraerse alrededor del 5%, lo que coincide con las estimaciones para la Argentina, y la tasa de desempleo alcanzaría los 10 puntos. En este escenario, los impactos negativos en la actividad productiva se multiplican de manera exponencial, llevando a la ruptura de la cadena de pagos, incremento de los pasivos, pérdida de capacidad crediticia y virtual quiebre de las cadenas globales de valor. Probablemente podría ser beneficioso conformar un equipo de expertos en el área económica y social, tal como se hizo en el aspecto sanitario, para acercar al poder ejecutivo visiones y posibles rutas de acción para afrontar el impacto económico de la pandemia.
En tercer lugar, pareciera que la crisis sanitaria y los efectos económicos tendrán lugar en simultáneo, mostrando falso el dilema entre una u otra. No obstante, se ha vuelto evidente que los 3,5% de gasto fiscal respecto de PIB son insuficientes para contrarrestar los efectos económicos del aislamiento, que además ya se proyecta más allá del invierno (vale señalar que el 3.5% del PIB del gasto argentino anunciado, contrasta con el 4.4% alemán o 6.9% norteamericano). En este sentido, el alcance de las medidas económicas no es ni tan efectivo ni tan extensivo como el alcance de las medidas sanitarias y desde la nota original hace 30 días a la fecha, prácticamente no se han anunciado nuevas medidas de sostenimiento de la demanda, por el contrario, se acordaron a nivel gremial reducciones generalizadas en el salario para algunos sectores productivos.
Desde luego, la pregunta es cómo podrá financiarse un mayor gasto. Con la recaudación tributaria en descenso, el mundo en crisis y la evidente necesidad de refinanciar la deuda externa, la pregunta es cómo afrontar un mayor gasto público, ante un escenario por demás incierto. Pasada la pandemia y las crisis vinculadas a ella, será necesario que la sociedad se redefina en términos del rol del estado y la salud pública, la importancia de la producción nacional y del desarrollo de la actividad científica y tecnológica y las posibilidades de repensar la institucionalidad y características del sistema educativo y el mercado de trabajo.
Diana Suárez y Lilia Stubrin
* El artículo fue publicado en la revista Noticias UNGS, edición especial mayo de 2020.