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Jueves 4 de junio de 2020

Participar en tiempos de aislamiento

El Presupuesto Participativo es un instrumento de gestión presupuestaria que sirve a la profundización de la democracia y al enriquecimiento de la ciudadanía. En la UNGS se reglamentó en 2012, se incorporó al Estatuto en 2017 y está a punto de conocer, en pocas semanas, su octava edición. Noticias UNGS conversó con el Coordinador Operativo del PP en la Universidad, Cristian Adaro, sobre la peculiaridad que tendrá la implementación de esta herramienta en este año de pandemia y aislamiento.

La emergencia sanitaria que vivimos en el país y en todo el mundo plantea un conjunto de problemas de los más interesantes a nuestra convivencia democrática e incluso a nuestra reflexión teórica sobre ella. Por un lado, es evidente que reclama una mayor presencia del Estado en nuestras vidas. Por todas partes, en efecto, se oye lo que se viene llamando una “demanda de Estado” en una cantidad de campos muy distintos, desde el de la política sanitaria hasta el de la intervención pública en el sostenimiento de los ingresos de los ciudadanos y las ciudadanas, en el del mantenimiento de los niveles de la actividad económica y el de la regulación de las más diversas aristas de una vida colectiva que se ha visto fuertemente conmocionada por la pandemia. La palabra “cuidado”, que el movimiento de mujeres ubicó hace años en el corazón de la política argentina, viene siendo repetida con insistencia como indicación de una de las tareas primordiales que debería tener el Estado en esta hora.

Por otro lado, es necesario que esa mayor presencia del Estado en nuestras vidas sea la presencia de un Estado cada vez más democrático. Y aquí estamos en problemas, porque uno de los rasgos constitutivos de la democracia es su capacidad para alentar la participación deliberativa y activa de los ciudadanos en los asuntos públicos, y la circunstancia del aislamiento social al que nos obliga la pandemia vuelve muy difícil garantizar las condiciones mismas para esa participación. Esta misma palabra suele traernos la imagen de los cuerpos de los ciudadanos y las ciudadanas reunidos en asambleas y tomando parte de discusiones –como nos hemos habituado a decir– “presenciales”, y eso está hoy, y quién sabe por cuánto tiempo, muy dificultado entre nosotros y en todos lados. Así, no deja de constituir un desafío mayor a nuestra imaginación política cómo logramos seguir democratizando nuestra democracia en pandemia y en obligada situación de aislamiento social.

En la Universidad
La UNGS, que tiene desde el inicio mismo de su historia, y plasmado en su Estatuto, un fuerte compromiso con los valores de la democracia y de la participación, ha puesto su mayor esfuerzo institucional, en esta situación extraordinaria, por encarar este desafío, y en este mismo número extraordinario de Noticias UNGS puede leerse sobre el modo en que el órgano colegiado de gobierno de la Universidad, el Consejo Superior, pudo reunirse y seguirá haciéndolo mes a mes mientras dure la emergencia gracias a los dispositivos tecnológicos con los que contamos. El mismo camino siguen en estas semanas (y el asunto será comentado también en esta revista) los Consejos de los cuatro Institutos en los que se organiza la vida académica e institucional de la Universidad. El gobierno de universitario, representativo de los distintos claustros que integran la comunidad académica, está funcionando con normalidad, dentro de la anormalidad de la situación, en la UNGS.

Pero una democracia más democrática (esto es: no solo representativa) requiere que al funcionamiento de los órganos de gobierno se agregue el de los distintos instrumentos que buscan garantizar la participación de todos los integrantes de la comunidad en los procesos de discusión y de toma de decisiones. En la UNGS, uno de esos instrumentos es el del Presupuesto Participativo (PP), herramienta de gestión presupuestaria fuertemente democratizadora, que permite que sea la comunidad universitaria en su conjunto, a través de la determinación de los problemas que es necesario atender, de la presentación de proyectos, de su discusión y de su votación, la que determine el destino de una parte de los fondos públicos que la Universidad tiene asignados para funcionar. En línea con la idea de garantizar en todos los planos, también y sobre todo en la pandemia, más democracia para la democracia de la UNGS, en las próximas semanas se lanza la octava edición del PP en la Universidad.

El PP en la UNGS
Licenciado en Política Social por la UNGS, Cristian Adaro trabajó entre 2010 y 2015 en el Programa Nacional de PP de la Jefatura de Gabinete de Ministros. Es vicepresidente de la Asociación Argentina de Democracia Participativa y Coordinador Operativo del PP de la UNGS. Consultado por Noticias UNGS, Adaro repasa los cuatro momentos de lo que él llama “la travesía por la democratización” de la discusión presupuestaria en la UNGS. El primero, a fines de los 90, consistió en varios encuentros sobre la experiencia de Porto Alegre, una de las primeras y más reconocidas en el mundo. En el segundo, entre 2006 y 2015, la UNGS desarrolló una decena de asistencias y capacitaciones a gobiernos locales y se integró a una red de municipios con PP. El tercero, en 2012, se coronó con la aprobación y reglamentación del PP en la propia Universidad. Y el cuarto, en 2017, fue la incorporación del PP, junto a otros mecanismos de democracia semi-directa, al Estatuto de la Universidad.

En su análisis de los PP en el mundo, Yves Cabannes identifica tres lógicas diferentes que han animado las distintas experiencias que se conocen. En algunas de ellas se ha buscado “democratizar la democracia”. En otras, mejorar la gobernanza. En otras, hacer de él una herramienta tecnocrática. El PP de la UNGS se inscribe en la primera de esas lógicas, y por eso su reglamentación prevé: a) un criterio amplio para la identificación de quiénes pueden participar como miembros de cada uno de los claustros, b) la exigencia de que cada proyecto sea presentado por integrantes de por lo menos dos claustros, c) un voto ponderado e igualitario entre los cuatro claustros en los que se divide a la comunidad para la votación. Desde 2013 se realizaron de forma ininterrumpida siete ediciones de PP, participaron como proyectistas 230 personas, se presentaron 66 proyectos y fueron financiados 28, en general orientados a impactar de diversos modos sobre la vida comunitaria de la UNGS.

Octava edición
La octava edición del PP en la UNGS contará con una partida presupuestaria de 650.000 pesos y, al igual que ha ocurrido en las ediciones correspondientes a los siete años anteriores, se financiaran proyectos cuyos montos de ejecución estén comprendidos entre el 10 y 30% de esa partida total. Sobre las particularidades de la situación actual, Adaro dice que “la nueva edición del PP se propone trabajar el marco de la pandemia con ideas para el día siguiente. Actualmente no sabemos cómo ni cuándo podrá tener lugar nuestro retorno físico al campus. Seguramente deberemos construir otra normalidad, y por eso la apuesta fuerte para este año es trabajar con problemáticas que atiendan a la actual situación dentro del marco de la reglamentación del PP que tenemos, que establece temas como bienestar universitario, cultura, acciones con la comunidad e infraestructura. En ese sentido se reforzarán y lanzarán nuevas actividades.”

Una de las cuestiones más ricas de todo el proceso del PP es el proceso deliberativo que promueve: los encuentros, las posibilidades de contrastar distintas miradas sobre los mismos problemas. En las ediciones anteriores del PP de la UNGS parte de todo este proceso de diálogos e interacciones se realizaba institucionalmente en los talleres de diagnóstico, que se llevaban adelante en distintos días y horarios para favorecer la participación de todo el mundo. Otra parte se realizaba en encuentros programados con distintos grupos de proyectistas. Y una parte no menor, y muy rica, se llevaba adelante en encuentros informales o en los pasillos del campus. Para esta octava edición, explica Adaro, “vamos a suplir el déficit del cara a cara a través de distintos dispositivos virtuales, siempre con la misma consigna: lograr una mayor participación y que sea de la mejor calidad”.

Etapas
El proceso constará de cuatro etapas. Una primera, de identificación de problemas y temas de intervención, se realizará durante julio, y en ella se trabajará con distintas herramientas virtuales tales como el aula virtual de moodle y formularios virtuales. En vez terminada esta instancia se sistematizará en un documento todas las opiniones. La segunda, de formulación de proyectos, se desarrollará entre agosto y septiembre. Esta etapa es siempre, dice Adaro, “una de las más ricas. Porque un proyecto es una invitación a soñar sobre qué queremos crear o mejorar, y porque es donde más vínculos se generan. Los encuentros (que ahora deberán ser virtuales) de los proyectistas con el equipo técnico del PP y con las áreas técnicas y políticas de la universidad para ir construyendo la viabilidad, las consultas a especialistas en los temas que se desean abordar, las reuniones donde se van despejando dudas y el trabajo dentro de los grupos enriquecen los proyectos y crean lazos que son muy importantes”.

Dada la imposibilidad de los encuentros físicos, se apostará a las posibilidades de la virtualidad para desarrollar varias actividades durante los meses de agosto y septiembre. En primer lugar, y recogiendo una buena experiencia del año pasado, se sugerirá y asistirá a los participantes en el armado de grupos de trabajo allí donde hayan identificado problemas similares sobre los que pensar. En segundo lugar, se brindará una capacitación virtual en formulación de proyectos. En tercer lugar, se habilitó un aula virtual en moodle donde podrán trabajar los equipos de forma colectiva, y se prevén otras plataformas virtuales para el mismo fin. En cuarto lugar, desde el equipo técnico se buscará a especialistas en las temáticas abordadas que deseen asistir por videoconferencia a los proyectistas. Por último, se reforzará la vinculación con las áreas de la universidad en el proceso de viabilidad.

En el mes de octubre se llevará adelante la difusión de los proyectos, que se desarrollará, igual que siempre, con un soporte institucional. La idea es que toda la comunidad universitaria esté bien informada sobre el modo en que queden formulados los proyectos que se someterán a su compulsa. Finalmente, se prevé que en noviembre se desarrolle la elección de los proyectos. Dado lo incierto y lo dinámico de la situación, se está evaluando en este momento la metodología que se adoptará para la votación, que deberá tener en cuenta el estado de las cosas cuando llegue ese momento, de manera de preservar la seguridad de las personas y la de sus votos. En todo caso, el ejercicio habrá valido la pena: se habrán asignado recursos a los proyectos que la comunidad, a lo largo de este proceso de deliberación, haya decidido, se habrá producido una vez más un importante aprendizaje institucional y se habrá democratizado un poco más nuestra democracia.

Artículo publicado el 2 de junio en la edición especial de Noticias UNGS

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