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Viernes 25 de marzo de 2022

Proyección de Alanis y debate sobre el trabajo sexual

En el marco de las actividades organizadas por UNITV y La nave de los sueños, como parte del Ciclo Memorias: Debates y reconstrucción, se proyectó en el Multiespacio cultural de la UNGS la película Alanis, de Anahí Berneri. En una charla debate, se analizaron cuestiones referidas al lenguaje audiovisual y a cómo decidió la directora contar la película que aborda la temática del trabajo sexual. También se dialogó en torno a la problemática a nivel social.

Con la participación de Carolina Justo Von Lurzer, integrante del Frente de Unidad Emancipatorio por el Reconocimiento de los Derechos de Trabajadorxs Sexuales en Argentina, y Laura Meza, delegada de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR), trabajadora sexual y asesora en la realización del film, en el debate se abordaron distintas problemáticas como qué implica ser trabajadora sexual en Argentina, cómo aborda el Estado esta actividad y si el trabajo sexual debe ser considerado explotación encubierta o una elección de vida.

El punto de partida de Alanis

La película surgió a raíz de una convocatoria de SAGAI (asociación civil que recauda y distribuye los derechos intelectuales de actores, actrices, bailarines y bailarinas) a diferentes realizadores y realizadoras para el desarrollo de proyectos que aborden temáticas vinculadas a las mujeres.

Berneri estuvo a cargo de la temática "prostitución", asociada generalmente a la trata de personas. Según sus palabras, la asociación de prostitución y trata no la terminaba de convencer y decidió recurrir a la Asociación AMMAR para que oficie de contenidista del film. AMMAR es una asociación sindical que desde 1994 forma parte de Central de Trabajadores de Argentina (CTA) y busca generar condiciones más dignas de trabajo para trabajadores y trabajadoras sexuales.

Así, la película parte de un abordaje de la problemática que entiende que quienes ejercen el sexo comercial son personas trabajadoras, en oposición a la mirada desde la prostitución, que considera a "las putas" como víctimas.

Por una mejora de las condiciones

En el debate, Meza, trabajadora sexual activa y firme militante por la mejora de las condiciones de la actividad tanto para mujeres, varones y trans, se refirió a las problemáticas que atienden desde AMMAR. Destacó el trabajo en atención de la salud, la creación de espacios de guardería para hijas e hijos, el estigma sobre enfermedades venéreas y la necesidad del dictado de una nueva ley de HIV y hepatitis, así como de espacios que favorezcan la finalización de los estudios secundarios.

También habló sobre la importancia de seguir generando conciencia social y de que el Estado reconozca a la actividad como trabajo, brindándoles a quienes lo ejercen, ayuda económica, jubilación, entre otras reivindicaciones. Y mencionó la cuestión de la persecución del Estado, que en parte se debe a que en el Código Penal Argentino no se delimita de claramente qué es trata y qué es trabajo autogestivo.

Meza se detuvo en un punto: la pandemia y sus estragos. En particular, se refirió a aquellas personas que ejercen el trabajo sexual en las calles y cuyos ingresos se vieron limitados ante el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO). Contó, al respecto, que decidieron armar una cadena de solidaridad desde el primer día, ofreciendo alimentos y ayuda comunitaria.

Nunca en el centro

El docente Manuel Infantino Almeida, quien moderó el debate, analizó el afiche del film: una mujer amamantando, con una mirada fija a cámara, desafiante ante la sociedad, una imagen que parece decir "mirame, existimos, nosotras las putas, las putas madres, las trabajadoras". Almeida asoció esta idea del afiche al lenguaje visual y a los encuadres elegidos por la realizadora, que ubica a los y las protagonistas en los extremos del marco de la pantalla, nunca en el centro.

Desde esta idea disparadora, se reflexionó sobre la visibilidad, la necesidad de reconocer lo que está en los márgenes, de darles entidad. Meza opinó que el film retrata muy bien la realidad de las putas en Argentina. Repasó la clasificación de la actividad en tres categorías: trabajadoras de calle, de departamento o virtuales. En el caso del film, se refirió a la protagonista, una madre soltera que acostumbra trabajar en modalidad departamento y es expulsada en forma compulsiva de su departamento, pasando a trabajar en la calle.

Por su parte, Justo Von Turzer remarcó la seriedad y rigurosidad con que la directora construyó su película. Destacó la representación de las agencias del Estado, cómo la película muestra a los trabajadores y las trabajadoras sociales y de la justicia con buenas intenciones de "ayudar" a la protagonista, madre soltera, pero sin comprender su situación, producto de la negación de la actividad como trabajo.

En cuanto al debate en el feminismo sobre el tema, que surgió a partir del comentario de un participante del encuentro, Justo Von Turzer se refirió al trabajo sexual y la continuidad de la desigualdad entre hombres y mujeres, entendiendo a la prostitución como una expresión de explotación producto de esa desigualdad. Sostuvo que son importantes los debates profundos sobre la realidad compleja que atraviesan las mujeres y diversidades dentro de la sociedad patriarcal capitalista, pero que en el medio hay realidades que atender.

Meza aportó que las diferencias se notan en las marchas del 8M, en las que se observan las distintas posiciones sobre el reconocimiento del sexo como actividad comercial, pero remarcó que son diferencias que pueden convivir.

En el cierre del encuentro, se volvió a focalizar en la importancia de escuchar, debatir y visibilizar la problemática.

Informe: Manuel Infantino Almeida, docente del Instituto del Desarrollo Humano de la UNGS

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