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Miércoles 17 de agosto de 2022

Trabajo, ingresos y desigualdad social en tiempos de pandemia y postpandemia

Desde 2016 se registró en la Argentina un “incremento de la desigualdad en las condiciones de vida de la población según clases sociales, género y región” es una de las conclusiones generales del proyecto “Cambios recientes en la estructura social argentina: trabajo, ingresos y desigualdad social en tiempos de pandemia y postpandemia”. La coordinación del nodo UNGS está a cargo de la politóloga Verónica Maceira, investigadora docente del Instituto del Conurbano (ICO) de la Universidad.

Este incremento en la desigualdad se dio como consecuencia de una doble crisis, según explican en un documento los y las investigadoras de 17 universidades nacionales y centros de investigación que participaron del proyecto financiado en el marco de la convocatoria PISAC – COVID 19. “Nuestro programa reunió evidencia que permite observar cómo la estructura social argentina sufrió efectos combinados y acumulativos de lo que definimos como una doble crisis, de distinto origen y con distinta orientación de la intervención social del Estado”, relata Maceira.

La primera crisis entre 2016 y 2019 estuvo caracterizada por “una reinstalación de un patrón de valorización financiera e impactó en la clase trabajadora formal, especialmente en el asalariado de la producción y la circulación, con un crecimiento de los hogares con jefes/as desempleados, de los segmentos de la clase trabajadora precarizada e informal y de la pequeña burguesía pobre”, explica Maceira y agrega: “Esto resultó en una mayor polarización social y un aumento de la desigualdad de ingresos”.

Sobre la crisis disparada por la pandemia de covid-19, la investigadora afirma que el impacto recayó sobre “el conjunto de la sociedad, especialmente en los hogares de la clase trabajadora informal y de los/as autónomos/as y microempresarios/as de calificaciones medias”. “Durante la pandemia disminuyó la importancia del mercado y creció la importancia del Estado en la forma en que los hogares buscaron resolver su bienestar material. Las transferencias estatales alcanzaron a hogares de distintas posiciones pero su magnitud también fue desigual: contuvo a los sectores más desaventajados ante una situación de extrema indigencia pero a la vez subrayó líneas de desigualdad al lograr un sostén del empleo fuerte pero acotado a los asalariados formales”, resalta.

El equipo de investigación también analizó la postpandemia (2021-2022). “Entendemos que el sentido de la recomposición postpandemia está en disputa: al respecto, nuestro trabajo muestra que existe apoyo a las medidas que significan una mayor intervención estatal y que este apoyo tiene un carácter de clase, su base se encuentra entre la clase trabajadora en sus distintos estratos, los segmentos medios y bajos de la pequeña burguesía aunque también en el asalariado de altos niveles de calificación”, sostiene Maceira.

Los resultados de la investigación fueron presentados recientemente en la jornada de debate “Aportes de las ciencias sociales para las políticas públicas: propuestas para el presente y el futuro”, que se realizó en el Centro Cultural Kirchner, y se puede ver en el canal de Youtube de la Agencia.

Estructura de clases, sectores de actividad, género, comparación interregional, ingresos de los hogares e intervención del Estado para mitigar la crisis, fueron los ejes centrales de este proyecto que a la vez analizó la dinámica de tres sectores estratégicos: Universidad-sistema científico y tecnológico; construcción y logística; y economía popular, cooperativa y solidaria. “Estos sectores fueron elegidos atendiendo a un doble criterio: que fueran sectores que involucran la inserción de trabajadores con distintos niveles de calificación y por tanto que pertenecen a hogares de tres estratos distintos de la estructura social y al mismo tiempo, que sean sectores en los que el Estado pueda tener fuerte presencia para impulsar y planificar el desarrollo económico y social en la postpandemia”, explica Maceira.

En cuanto a las actividades más afectadas, el equipo de investigación detalla que la crisis 2016-2019 tuvo un mayor impacto negativo sobre la fuerza de trabajo formal de la industria manufacturera y de la construcción, tradicionalmente vinculada a la clase obrera, mientras que la crisis de la pandemia “provocó una fuerte caída del empleo informal en las ramas de servicio doméstico, construcción, alojamiento y servicios de comidas, comercio y reparaciones, afectando sobre todo al segmento no calificado/precarizado de la clase trabajadora y la pequeña burguesía comercial y de servicios”.

En el análisis comparativo por regiones, los y las autoras hacen hincapié que las dos crisis profundizaron las desigualdades históricas en la estructura social: “En términos generales tuvieron mayor impacto relativo en el conurbano bonaerense y en el NEA y NOA, regiones en las que fue mayor la caída de las tasas de actividad y de empleo. Patagonia, por su parte, experimentó la menor contracción en la tasa de participación laboral”.

La convocatoria PISAC COVID-19, organizada por la Agencia I+D+i con el apoyo del Ministerio de Ciencia de la Nación (MinCyT) y del Consejo de Decanas y Decanos de Ciencias Sociales (CODESOC), está destinada a promover proyectos asociativos de investigación en Ciencias Sociales y Humanas para la generación de nuevos conocimientos enfocados en el estudio de la sociedad argentina en la pandemia y la postpandemia de COVID-19.

Este proyecto en particular reunió a 140 investigadoras e investigadores agrupados en 13 nodos y además se constituyó en una red para la realización de proyectos futuros, el Programa de Investigación Regional Comparativa.

Por Comunicación y Prensa UNGS

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