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Miércoles 27 de septiembre de 2023

Bernardino Ávila: “Todo el gobierno de Macri lo vivimos en una represión constante”

¿Qué rol cumplen o deberían cumplir las fuerzas de seguridad? Esa fue una de las preguntas principales que atravesó la presentación de las fotografías “Represión en Panamericana”, de Adrián Escandar, y “Verdurazo”, de Bernardino Ávila, imágenes que forman parte de la “Muestra 40 años del retorno a la democracia”. Con la presencia de los fotógrafos, en el encuentro en el campus de la UNGS también participaron Ruth Muñoz, investigadora y docente del Instituto del Conurbano, y Joaquín Foresti, graduado y docente del Instituto de Ciencias, con la coordinación de Julia Smola, decana del Instituto del Desarrollo Humano de la UNGS.

“Esa foto ("Verdurazo") es la esencia pura del macrismo: la represión, el hambre, la vejez, la policía atenta a que la prensa no trabaje. Todo el gobierno de (Mauricio) Macri lo vivimos en una represión constante, la Policía tenía total libertad para reprimir donde sea. Tenemos que tener memoria, son solo cuatro años atrás”. Ávila contó en primera persona su experiencia al tomar la fotografía que registra el momento en que una jubilada recoge berenjenas tiradas en el piso luego de la represión que policías ejercieron en febrero de 2019 en Plaza Constitución (Ciudad de Buenos Aires) sobre integrantes de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), durante una acción de entrega gratuita de verduras a la población como modo de protesta.

Para Ruth Muñoz, doctora en Ciencias Sociales (Universidad de Buenos Aires) y magister en Economía Social (UNGS), la imagen “sintetiza la restauración neoconservadora”. “Por un lado, el papel del Estado, un Estado que apuesta a la represión, y además ‘el campo’ (como si fuera un solo sujeto cuando en realidad hay heterogeneidades dentro de este actor), y la relación con el pueblo, todos los dispositivos en el medio para poder estar más cerca de quienes producen alimentos y acceder a precios justos”.

Ávila, que es fotógrafo desde 1989, contó detalles sobre el momento en que tomó la fotografía. Dijo que hubo dos momentos de la represión. El primero fue cuando trabajadores y trabajadoras intentaron bajar sus productos y quedaron las berenjenas tiradas en el piso. El fotógrafo empezó a sentir los efectos del gas lacrimógeno y queda mal ubicado, como del lado de los policías, que empiezan a avanzar, en una segunda acción represiva, sobre la Plaza. “Veo a Ángela con el changuito cuando empieza a juntar las berenjenas, los policías la miraban, era algo muy loco”, relató y reveló la sorpresa que le generó la rápida repercusión que tomó la foto, a partir de su inmediata publicación en el perfil de Instagram del diario para el que trabajaba.

Para Escándar, la fotografía que tomó en abril de 2017 en la Autopista Panamericana cuando gendarmes reprimían una protesta social, trascendió por lo que simboliza, habla de “un momento, una época”, que desemboca en la represión de la foto de Ávila, dos años después. Se trató de una de las primeras represiones del gobierno macrista, que había asumido hacía un año. “Veníamos de muchos años en que no se veía una represión así”, expresó, al remarcar su sorpresa por el despliegue “desproporcionado” y los uniformes, que llamaba la atención porque las columnas de manifestantes, que eran alrededor de 100, ya se habían replegado.

Dando lugar a las preguntas y la reflexión, Foresti consideró como una deuda pendiente el debate sobre el rol de las fuerzas de seguridad. “¿Por qué sucesivos gobiernos democráticos necesitaron del uso de la fuerza? ¿Por qué algunas medidas impopulares necesitan de la protesta para ser validadas? ¿Cómo podemos construir fuerzas de seguridad al servicio de la democracia, los derechos humanos, si eso es posible?”, se preguntó.

Al ejemplificar con el gatillo fácil, las zonas liberadas, las razias, la trata, el proxenetismo, sostuvo que hay problemáticas que “siguen presentes, se solidificaron y se complejizaron”. “Parece fácil señalar lo déficits de nuestra democracia, lo hacemos desde el campo académico, pero es importante volver a instalar el debate de estas cuestiones considerando las limitaciones que tenemos frente a estos actores”, concluyó y remarcó que hay un proyecto de ley contra la violencia institucional y otros similares, que no tienen mucho apoyo.

Smola destacó, por un lado, que lo implícito de fotografías como las de Escándar y Ávila es que "documentan aquello que los autores de la represión y quienes la ordenan no quieren que sean documentado, atestigua lo que no quiere ser atestiguado, y que hay que poner en peligro el cuerpo por la profesión". Además, como reflexión final, se refirió a dos agendas en juego: por un lado, la deuda en cuanto a la comercialización de los alimentos y una agricultura sustentable y saludable, y por otro, la deuda en cuanto a las políticas de seguridad, que, dijo, “ahora aparece como una demanda social”. Sobre este último punto y agregando una pregunta más a las planteadas por Foresti, expresó que esa demanda “es una novedad importante y aterradora”, ya que “estamos por primera vez ante una demanda social de represión de ciertos actores sociales”.

Las nueve obras que integran la muestra pertenecen a la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (aRGra) y a Prensa Obrera y fueron seleccionadas por Cora Gamarnik, comunicadora social e investigadora de fotoperiodismo. La muestra permanecerá en exhibición todo el año en las fachadas de distintos espacios del campus universitario. A través de un código QR ubicado al pie de cada una de las imágenes se puede acceder a la información sobre ellas.

Fotografías
Inauguración y todas las presentaciones individuales

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