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Jueves 24 de agosto de 2023

Enrique García Medina: “El pueblo dijo basta y avanzamos, cada uno como pudo, yo con mi cámara ilustrando la realidad”

En el marco de la muestra fotográfica "40 años del retorno a la democracia", se realizó en la UNGS la presentación de la fotografía de Carlos Vidal sobre la protesta de trabajadores de 1992 en el edificio de las Galerías Pacífico, y la de Enrique García Medina, sobre la crisis política y rebelión popular en diciembre de 2001.

“Había compañeros temblando de miedo. Nos apoyamos entre nosotros, decíamos ‘vamos, vamos’. El pueblo dijo basta y avanzamos todos, cada uno como pudo, yo con mi cámara ilustrando la realidad”. Así relató García Medina el momento en que tomó la fotografía del joven tirando una piedra con el Obelisco de fondo, que se volvió una de las imágenes más utilizadas para ilustrar la crisis del 2001 en el país. En el encuentro en el campus, el fotógrafo y periodista estuvo acompañado en el panel por Sabina Dimarco, socióloga, docente e investigadora de la UNGS y del CONICET; Camila Cuello, graduada de la licenciatura en Estudios Políticos de la Universidad, docente e investigadora de la UNGS y del CONICET, y Francisco Longa, también investigador y docente de la UNGS y del CONICET.

García Medina consideró ese día como el más importante en su vida, en el que estuvo tres días trabajando casi sin dormir, corriendo por las calles y viendo cómo sacaban con violencia a las personas y les tiraban gases lacrimógenos a las madres de Plaza de Mayo, en el marco del estado de sitio decretado por el presidente Fernando De la Rúa. “Los momentos históricos se sienten en la piel”, remarcó varias veces en su intervención y reveló que minutos antes de tomar la fotografía y ver la piedra, policías le dispararon con una bala de goma, que le rozó el cuerpo y su cámara, y le dio “energía” para luego tomar la histórica foto. “Hay que entender lo que nos pasó, para crecer y que nos vaya mejor hoy”, remarcó, haciendo alusión a la importancia de la memoria.

En relación a la fotografía de Vidal, Dimarco sostuvo que sintetiza los contrastes sociales que estaban empezando a gestarse, la Argentina que crecía por dos vías paralelas: una que indicaba que el país parecía modernizarse y, por otro lado, obreros luchando contra un mercado de trabajo que comenzaba a precarizarse y flexibilizarse. Para la socióloga, que trabajó sobre las transformaciones en el mundo del trabajo y los cartoneros, las fotografías de Vidal y García Medina permiten "pensar las particulares de ese momento pero también hacen sentido en la trama", al mostrar "cómo se va transformando el escenario y el entramado social en una década". Al respecto, consideró que la foto de la huelga de 1992 “sintetiza de manera muy elocuente una Argentina que empezaba a consolidarse como muy desigual y que va a eclosionar en 2001”.

Sobre este estallido, Cuello, autora de ¡Que se vayan todos! (2021, Ediciones UNGS), se refirió a los actuales “intentos apresurados de hacer un paralelismo” entre la crisis de 2001 y la situación actual y política, al remarcar que son “momentos distintos, aunque no desconectados entre sí”. Por un lado, dijo: “No podemos desconectar nuestra reflexión del 2001 de la organización de las luchas piqueteras, de la resistencia popular y del modo en que interpelaron al Estado. El interlocutor era el Estado. No se trataba entonces de una lucha antiestatal o antipolítica, justamente lo que se reclamaba en ese 19 y 20 de diciembre y lo que se reclamó después con el devenir de las organizaciones políticas es la presencia del Estado, más derechos y no menos”. Al mismo tiempo, subrayó que, a 20 años, todavía encontramos "huellas en nuestra democracia" que hay que retomar y es necesario “volver a poner sobre la mesa un ejercicio profundo de participación política activa y efectiva, de lo público, lo común, lo colectivo, pensando en la expansión de derechos y no meramente en su sostenimiento”.

En el cierre, Longa citó un párrafo del artículo “Qué puede decir la fotografía de una revolución” publicado en la revista Casa de las Américas. En el texto, Néstor García Canclini hace referencia al valor de la fotografía por su “insistencia” y confrontación con “un momento preciso”, a diferencia del formato audiovisual. “En ambas imágenes se refleja muy bien este poder de la fotografía para interpelar a la historia”, expresó el investigador, que trabajó sobre movimientos sociales. Además, sostuvo que la fotografía de García Medina habla mucho del 20, y no tanto del 19 de diciembre. Al igual que Cuello, Longa también marcó la diferencia entre el contexto actual y el 2001, a pesar de los cambios y continuidades: “Si bien son dos imágenes que hablan del devenir pauperizado de las clases trabajadoras, hoy estamos un escalón más arriba en términos de organización y luchas y esto tiene que ser lo que nos permita enfrentar mejor colectivamente el resultado aciago que nos marca el resultado electoral”. Asimismo, dejó una pregunta: “Nos podemos preguntar si la crisis orgánica, de legitimidad de poder, que se abrió en 2001, fue suturada por ese ciclo de hegemonía larga del kirchnerismo, o si fue algo pasajero. Eso está abierto. La foto de Enrique nos sigue trayendo esa pregunta”.

Las nueve obras que integran la muestra pertenecen a la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (aRGra) y a Prensa Obrera y fueron seleccionadas por Cora Gamarnik, comunicadora social e investigadora de fotoperiodismo. La muestra permanecerá en exhibición todo el año en las fachadas de distintos espacios del campus universitario. A través de un código QR ubicado al pie de cada una de las imágenes se puede acceder a la información sobre ellas.

Fotografías
Inauguración y todas las presentaciones individuales

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